Tras dos acciones muy polémicas, Charles Leclerc y Lance Stroll fueron llamados a declarar, pero los comisarios prefirieron no complicarse y sancionaron a ambos con una reprimenda, (la penalización mínima) que no tiene consecuencias deportivas. Perseveran de nuevo en la disparidad de criterios dependiendo de la sesión, el piloto, o el momento de la carrera en el que se producen los incidentes.

Leclerc, en una vuelta intrascendente en la fase final de la sesión de Libres 3, se encendió con Norris al encontrarle en la trazada, le amagó y giró el Ferrari para colocarse delante de su rueda delantera derecha, en lo que pareció un intento de intimidación o desprecio.

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