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Primer contacto con el Microlino, el microurbano eléctrico que viene desde Suiza

Primer contacto con el Microlino, el microurbano eléctrico que viene desde Suiza

El Isetta marcó mi juventud, fue el coche con el que empecé a conducir, a soñar y a aprender a trastear motores, . El Microlino es un urbano eléctrico inspirado en el famoso microcoche de BMW, y personalmente creo que la marca bávara puede estar satisfecha del producto creado por la empresa de micromovilidad Suiza de la familia Ouboter.

El Microlino es un pequeño eléctrico de diseño retro y reducidas dimensiones, que se enfrenta directamente al archiconocido Smart, modelo que curiosamente también nació del imaginario de una empresa helvética.

El Microlino no ha tenido una vida fácil, ya que desde que vimos los primeros esbozos en 2015 hasta la actualidad, los problemas con los que se ha enfrentado la marca han sido varios, desde judiciales hasta la pandemia, pero ahora ya podemos decir que es una realidad y que el futuro se visualiza con optimismo.

El mercado de la micromovilidad está dominado por empresas francesas, que son las que acaparan gran parte del mercado de los llamados coches sin carnet y los Japoneses con sus Key cars, que a penas han llegado por nuestras latitudes. Otros fabricantes importantes en este nicho de mercado son la ya nombrada Smart y el grupo Piaggio con su Ape. Sin duda el futuro de la movilidad urbana pasa por este tipo de vehículos, al igual que las motos, en todos casos movidos por motores eléctricos o térmicos.

Pero vamos a lo que interesa y es nuestro coqueto visitante de hoy, un vehículo ligero de la clase L7e, que por ley está limitado a 90 Km/h de velocidad máxima y que tiene como hábitat lógico las ciudades y su zona metropolitana, pero sin descartar el mundo rural y las islas dónde su pequeño tamaño, bajo precio y polivalencia desplazarán a otros vehículos mayores.

En un primer vistazo, el Microlino es un calco del Isetta, concretamente en la versión de cuatro ruedas (el originario tenía tres, pero después salió uno de cuatro que mejoraba la estabilidad). Aunque no sea muy conocido, el Isetta fue desarrollado por una empresa italana, concretamente Iso, que después lo vendió al gigante alemán, pues bien, la nueva generación de esta peculiar modelo se fabrica en Italia, concretamente en Turín, y la mayoría de sus componentes tienen origen europeo y eso se nota cuando lo ves de cerca, con calidades mayores a las de la mayoría de sus competidores, funcionamiento suave y progresivo, . Vaya que no es un electrodoméstico asiático que da miedo conducir. Incluso su construcción es más robusta que la de los endebles coches sin carnet con una estructura monocasco autoportante de mayor rigidez y seguridad en caso de accidente.

El Microlino es chiquitito, con 2,52 metros de largo, 1,47 de ancho y 1,50 de alto, perfecto para pasar por cualquier sitio y aparcar en plazas de moto (por anchura necesita un par de ellas) y salir por delante directo a la cera. Su forma de cubo redondeado, imagen retro y minimalista lo hace un verdadero punto de atracción allá por dónde pasa.

El acceso al interior es por la parte frontal, gracias a una enorme puerta delantera que se abre con facilidad y que ofrece un acceso mejor del esperado y también mejor que el del Isetta original.

En el interior el diseño también es muy minimalista, con una pantalla tras el volante dónde podemos observar la velocidad, autonomía, carga de la batería y poco más. Después tenemos una pequeña pantalla táctil en el centro de la puerta delantera, desde dónde podemos poner la calefacción (no hay aire acondicionado), aumentar la velocidad del aire, poner las luces entre otras funciones. El asiento se puede desplazar longitudinalmente para adaptarse a nuestra altura. También podemos ajustar manualmente los pequeños retrovisores situados tras los faros laterales.

El freno de mano es por palanca, pero situado a la izquierda, ya que la banqueta delantera (la única que hay) es compartida entre los dos ocupantes del Microlino.

Dónde es imbatible el Microlino es en capacidad de maletero, con 230 litros, tenemos un espacio bastante profundo dónde llevar maletas, la compra o lo que queramos.

Las lunetas delantera y trasera son térmicas, lo que impide la formación de vaho y sobre todo que nos permite eliminar la escarcha del cristal con facilidad.

A la hora de ventilar disponemos de las ventanillas laterales correderas y un techo plegable de accionamiento manual proporcionan aire fresco.

El microlino destaca por su bajo peso, sobre los 500 kilos, un peso pluma que se agradece a la hora de circular. El Microlino está propulsado por un motor eléctrico en la parte trasera, que desarrolla una potencia de 17 CV (12,5 kW) y un par máximo 89 Nm. No parece mucho, pero es más que suficiente para las aspiraciones de este Microlino. El coche alcanza rápidamente los 50 km/h, y más en su modo Sport, pero a partir de entonces es algo más progresivo.

Según el fabricante, el consumo en el ciclo WLTP es de entre 5,9 y 6,6 kWh/100 km y gracias a su batería de 10,5 kWh puede hacer hasta 177 kilómetros con una carga. Hablando de carga, podemos conseguir una carga completa en menos de 4 horas y se puede conectar tanto a cargadores rápidos cómo a enchufes domésticos.

En marcha, lo primero que sorprende es la ausencia de asistencia de la dirección, que la hace algo más pesada, pero en movimiento apenas se nota. También sorprende que el freno no tiene servofreno, frena mucho, pero es algo tosco, la mayoría del trabajo de frenada lo hace el motor regenerando energía.

Circulando hace un ruido típicamente eléctrico y la insonorización es básica, mucho mejor que en un coche sin carnet, pero lejos de la que tiene un coche moderno. El zumbido eléctrico es el único ruido que tiene el vehículo, ya que el ajuste de los materiales es bueno y no hay grillos.

Durante nuestra prueba pudimos circular por estrechas calles del barrio de gracia de Barcelona, pero también por amplias avenidas, la impresión fue de que estaba en su salsa y que en ningún momento le falta potencia, va muy bien responde rápido al pisar el acelerador y es sumamente ágil y estable.

Primeras Impresiones

Nos ha gustado y pensamos que veremos un montón por nuestras ciudades, además su precio desde 22.690 euros es muy atractivo, su mantenimiento es sencillo y quienes no quieran comprarlo existen varias opciones de alquiler a corto y largo plazo y en algunas ciudades próximamente habrá un servicio de Car Sharing. El nuevo Isetta dará que hablar sin duda.