El Sportage es sin duda su producto más deseado, aunque personalmente pienso que el Cee’d es el más redondo. Para la creación de la nueva generación del SUV compacto del fabricante Coreano, han usado los ingredientes más adecuados, bonito y deportivo diseño, amplia gama de motores (especialmente en Diesel), una garantía de 7 años para convencer hasta al más beligerante, equipamiento completo pero sin entrar en opciones superfluas y un precio que sin ser lo asequible de antaño, si que es muy competitivo.

El nuevo Kia Sportage parece más pequeño, ya que sus líneas son más suaves y depuradas, pero consigue girar muchas más cabezas que su predecesor.

De puertas adentro la calidad sigue en aumento, manteniéndose a la par de los mejores del mercado, el diseño es simple y muy ergonómico, el salpicadero de formas redondeadas destaca por la calidad visual pero no por su audacia.

Los asientos son buenos, marca de la casa, buscando un equilibrio entre confort y sujeción, de mullido tirando a duro pero sin que sintamos la espalda cogida, cómo sucede sobretodo en modelos alemanes. La posición de conducción es relativamente fácil de conseguir ya que tenemos varias regulaciones, aunque no muy precisas.

Las plazas traseras disfrutan de un buen acceso y espacio para las piernas, dos adultos van a viajar muy cómodamente, tres ya irán más angostos.

Un gran portón nos da acceso a un maletero amplio y aprovechable con 503 litros de capacidad, ampliable si abatimos las plazas traseras.

Un detalle a tener en cuenta es que desde el modelo básico van muy equipados, nuestra unidad de pruebas, con acabado drive, montaba climatizador bi-zona, techo panorámico practicable, volante multifunción con los mandos del Bluetooth, el control de velocidad de crucero y limitador, algunas funciones del ordenador de a bordo y los mandos del equipo de audio, navegador Tom Tom con pantalla de 8 pulgadas que también servía para visualizar algunas funciones del ordenador de a bordo e infoentretenimiento, asistente de cambio involuntario de carril con sistema de mantenimiento de carril, avisador de vehículos en ángulo muerto, lector de señales de tráfico, asistente de arranque en pendiente, sensores de lluvia y luces y sensores de aparcamiento con cámara de visión trasera entre otras muchas cosas.

El motor de este Sportage es el diesel más básico, un 1.7 litros turbo diesel de inyección directa y 115cv que a parte de ser un poco perezosa en bajos, sorprende por su buen hacer y sorprende a la hora de acelerar.

Las prestaciones son correctas, con 175 Km/h de punta y una aceleración de 0-100 Km/h en unos 11,5 segundos, aunque hay que destacar que sus recuperaciones son dignas de modelos con mayor caballaje.

El cambio manual de 6 relaciones es preciso y suave, las marchas son tirando a largas, pero consigue mover con alegría al Sportage.

El consumo no es de los más bajos, rondó los 6,3 litros a los 100 kilómetros durante la prueba, pero tampoco es una cifra para tirarse de los pelos.

Esta versión del Sportage con tracción delantera (Hay otras con tracción total) dispone cómo única ayuda fuera del asfalto del control de descensos, a parte de la mayor altura al suelo, inherente en estos vehículos.

En marcha, el nuevo Sportage nos ha gustado menos que la anterior generación, ya que el trabajo en las suspensiones ha estado encaminado a dotar de mayor confort a sus ocupantes, y eso ha provocado una merma en el comportamiento en zonas viradas, que junto a una dirección poco informativa, la verdad es que esperábamos más de este coche. Su comportamiento es seguro y ágil pero se aleja de los mejores de la categoría, llámese Seat Ateca o Volkswagen Tiguan.

Este mayor confort lo hacen muy apropiado para realizar largos viajes en una conducción relajada, ya que el confort y la insonorización del habitáculo son realmente buenos.

Valoración Final

Estamos delante de uno de los superventas de los próximos años, ofrece un paquete muy atractivo, una garantía imbatible, un precio muy bueno, 21.100 euros y una calidad a la altura de los mejores.