Probamos el Skoda Enyaq iV 80
La marca checa se ha lanzado sin pudor al mercado de los vehículos eléctricos con un SUV de grandes dimensiones que destaca por su amplitud interior, capacidad de carga y autonomía.
Skoda ha entrado en el segmento del vehículo eléctrico, como las demás marcas, en este caso con un modelo de nombre complicado, Enyaq y apellido iV que se ofrece con dos potencias y dos capacidades de la batería (58 o 77 kWh), y cinco acabados -Loft, Lodge, Lounge, Suite o ecoSuite- entre otros opcionales.
Nuestra unidad de pruebas era el Enyaq iV 80, que se combina con un motor eléctrico de 204 caballos, colocado en el eje trasero y una batería de 77 kWh.
Las prestaciones del aparato son realmente sensacionales permitiendo alcanzar los 100 km/h desde parado en 8,5 segundos. Una cifra nada desdeñable para un SUV de más de dos toneladas. Las recuperaciones son igualmente casi instantáneas.
A diferencia de lo que sucede en otros de su clase, estas cualidades están presentes en todos sus modos de conducción, desde el Eco al Sport, y aseguran una respuesta satisfactoria en todas las circunstancias de circulación. Eso sí, en este último modo deportivo, la suspensión puede resultar muy seca si lo llevamos activado en una carretera bacheada o de firme en mal estado en general. En este caso, vale más recurrir al Confort o incluso al Eco si se quiere preservar la comodidad que, por lo demás, es la tónica dominante del modelo de Skoda.
La autonomía homologada por el Enyaq en ciclo WLTP alcanza los 534 kilómetros y durante nuestro test nos sorprendió que casi la logramos, nos quedamos en la frontera de los 500 kilómetros, sin duda el eléctrico con más autonomía que hemos catado. En nuestro caso el consumo eléctrico se situó entre 15 y 17,5 kwh/100 km, sin achucharlo mucho pero sin renunciar ni al aire acondicionado ni a mantener cruceros legales en autopista.
El conductor dispone de unas levas detrás del volante para modificar la retención, en cuatro niveles, y puede también colocar el selector del cambio en la posición B, que equivale al nivel máximo de aquellos. Por último, a través de uno de los menús del sistema multimedia hay una opción para activar la retención automática, es decir, que el coche modificará la intensidad de esta con arreglo a la velocidad a la que circulemos, si hay o no vehículos delante y si nos aproximamos, por ejemplo, a una rotonda. Este sistema no nos ha convencido ya que no siempre actúa igual en la misma ubicación, por ejemplo, cada día al llevar a nuestro hijo al instituto, pasamos por un camino con resaltes, rotonda y curva cerrada, pues bien el sistema en ocasiones nos redució la velocidad y en otras no, desconocemos el porqué.
El Enyaq no cuenta con la función de conducción de pedal único que si ofrece el Leaf de Nissan, aunque la verdad tampoco es un problema.
Un detalle que nos ha gustado es que las frenadas no son bruscas y en cambio recupera bastante energía, también es de destacar su gran facilidad para circular por inercia.
El interior destaca por un habitáculo amplísimo y un gran maletero y eso que con una longitud de 4,66 metros de longitud, el Enyaq es ligeramente más corto que el Kodiaq, el SUV más grande de la marca checa. Su habitáculo es sumamente amplio y diáfano, especialmente en las plazas traseras, gracias a la eliminación del túnel de transmisión.
Los asientos de las dos filas son cómodos y amplios, con buena sujeción de nuestra espalda en las plazas delanteras.
El maletero, por su parte, cubica 585 litros aunque lo mejor no es la capacidad en sí, sino sus formas completamente regulares y la facilidad con que se pueden introducir y extraer maletas o bolsas. El portón puede tener accionamiento eléctrico.
El salpicadero está presidido por una gran pantalla táctil de 13 pulgadas. Su manejo puede resultar algo confuso al principio, pero luego te acabas acostumbrando. En el caso del cuadro de instrumentos disponemos de una pequeña pantalla de 5,3 pulgadas, que muestra la información de manera minimalista.
Cómo el cambio se ubica en la piña de dirección, ganamos espacio para dejar diferentes objetos entre los asientos delanteros, concretamente dos niveles, mientras que en la superior aparecen dos portavasos, un hueco grande a la derecha y una zona reservada para la carga inalámbrica, así como un generoso reposabrazos con mucha capacidad, en la parte inferior tenemos un espacio de almacenaje extra.
La calidad general de los materiales utilizados, así como un diseño muy moderno, difiere del resto de modelos de la marca del grupo VAG.
Las plazas posteriores cuentan con climatización y calefacción en los asientos, así como unas cortinillas para evitar los molestos rayos del sol y un reposabrazos central que cuenta con dos posavasos. También disponemos de bolsillos para guardar objetos, incluyendo uno más pequeño para el teléfono móvil, dos entradas USB-C y una toma de 230 voltios.
En cuanto al maletero, el Enyaq ofrece unos destacados 585 litros de capacidad, ampliables hasta los 1.710, con unas superficies regulares que vienen acompañadas de diferentes ganchos en los laterales, una toma de 12 voltios, redes de carga y un doble fondo con un hueco profundo para guardar los cables de carga. Por cierto, los asientos posteriores se pueden abatir fácilmente mediante el accionamiento de unos tiradores y lo mismo ocurre con la bola de remolque instalada en el vehículo, que aparece con solo tocar un botón. Un detalle más a destacar es que el portón es de apertura automática y cuenta con una interesante función que nos permite abrirlo con tan solo mover el pie por debajo del paragolpes. Ideal para cuando vamos con las manos ocupadas.
En marcha es el rey del silencio, suavidad y tranquilidad, es un coche sensacional para viajar, cuando su autonomía se multiplique, será un viajante incansable.
En ciudad es un poco torpe y con muy poca visibilidad, pero si nos movemos tranquilamente, no llevará del punto A al B con un confort increíble y una paz impagable.
En vías secundarias ofrece un buen comportamiento, aunque si el asfalto está en mal estado, es algo incómodo, el paso por curva es rápido y seguro.
Valoración Final.
El Enyaq iV presenta uno de los precios más ajustados dentro de los modelos eléctricos equivalentes. La versión 60 sale por 39.300 euros, que con las ayudas del Plan Moves III pueden quedarse en 32.300 en el mejor de los supuestos, y la 80 que hemos probado parte de 45.300 euros. Cómo eléctrico es de lo mejor que ha pasado por nuestras manos, es suave, silencioso y su autonomía es amplia, de las mejores del mercado y sin duda el que ofrece una relación autonomía/precio/calidad más elevada.