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Probamos el Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 150 4motion

La segunda generación Volkswagen Tiguan se vuelve a situar en la posición más alta del segmento, no por ventas, dónde el espacio está ocupado por el Nissan Qashqai, pero si en aspectos como oferta de motorizaciones, equipamientos, calidad y comportamiento, dónde no hay ningún competidor que le pueda alcanzar, incluido su primo el Seat Ateca. 

El nuevo crossover alemán supone una evolución en diseño, la marca germana nunca arriesga demasiado en sus modelos, pero son palpables los cambios con el anterior Tiguan.

Visualmente es más bajo, lo que provoca una sensación de ir más pegado al asfalto alejándose de las formas de los antiguos todoterreno. Quizás el cambio más importante sea en la trasera, con un aspecto algo más serio.

El otro punto a destacar es el aumento del espacio interior gracias a la mayor longitud (4,48 metros), batalla y anchura. Delante, dónde ya iba muy bien servido, el cambio es casi inapreciable, pero en las plazas traseras, disponemos espacio para las piernas y se puede acomodar con ciertas garantías a un tercer ocupante, cosa no posible en la anterior opus, aunque el túnel de transmisión molesta a la hora de asentar las piernas del pasajero central.

Los materiales utilizados, hay un enorme paso adelante, con plásticos y tapizados de excelente factura, con unos ajustes precisos. La ergonomía está muy bien estudiada y a pesar de la presencia de varios botones, todo está en su sitio y es fácil de localizar y memorizar. 

Los asientos son muy cómodos con el justo compromiso entre confort y dureza, muy de agradecer en los viajes largos dónde los extremos no son buenos compañeros de viaje.

El maletero se sitúa en unos muy buenos 520 litros de capacidad, unido al gran portón de acceso, estamos delante de un SUV muy capaz.

Esta nueva generación del Tiguan ha servido al fabricante alemán para introducir varios equipamientos tecnológicos, desde las grande pantallas centrales multimedia de 7 y 9 pulgadas al muy cómodo Digital Cockpit, que convierte el cuadro de relojes en una pantalla de 12,3 pulgadas dónde ver desde la velocidad al mapa de carreteras, pasando por el ordenador de a bordo, el lector de señales de tráfico, .. una maravilla. Además sus posibilidades de personalización son infinitas.

Nuestra unidad de pruebas montaba el ya conocido motor 2.0 TDI de 150 CV que se sitúa por potencia en el segundo escalón del SUV, además estaba asociado a un cambio manual de seis velocidades y la tracción total 4Motion.

La insonorización del interior es muy destacable, excepto en frío dónde se oye con mayor nitidez el motor diesel, una vez caliente y en marcha, apenas se percibe.

La respuesta de este bloque 2.0 TDI es muy suave, entregando la potencia de forma muy progresiva, pero que cuando tenemos que adelantar, o simplemente queremos disfrutar de una carretera, los 150 cv, están allí para su disfrute y uso. El nuevo Tiguan, dispone de un botón que activa el modo del coche al ECO, que no pierde excesiva potencia, pero si que reduce consumos. También tenemos un modo Sport, donde a diferencia del modo ECO, aquí sí que se percibe un mayor empuje con un tacto del acelerador más sensible. 

Las prestaciones son de primer orden, con una punta de 201 Km/h y pasando de 0 a 100 Km/h en tan solo 9,3 segundos.

El consumo está en línea de sus competidores, situándose en unos buenos 6 litros de media en nuestro circuito habitual. En ciudad sube en torno a medio litro y en carretera podemos conseguir consumos de 5,5 litros a poco que mimemos el acelerador.

Las 4Motion son las que equipan tracción total permanente, además dispone de 20 cm de altura libre, lo que le convierte en un eficaz vehiculo para rutas 4×4 incluso en condiciones algo complicadas.

Cómo sucede con el Seat Ateca, el Tiguan dispone de varios modos de conducción Off-Road, como ya montaban hace años algunos Land Rover. Su eficacia es máxima, con una capacidad de tracción y superación de obstáculos que hace un tiempo no hubiéramos pensado que un Todo Camino conseguiría. Además no sufre pérdidas de tracción y la suspensión filtra bastante eficazmente las irregularidades del terreno.

En nieve, dónde pudimos disfrutar un ratito y a pesar de montar unos neumáticos poco adecuados, se comportó de maravilla, con buena direccionabilidad y sin patinar. Este detalle fue de lo que menos nos sorprendió, ya que el anterior Tiguan ya era de los mejores SUV en Nieve.

A parte la tracción 4Motion nos aporta una mayor seguridad en cualquier situación y un aplomo en curva que la versión de tracción delantera nunca podrá conseguir.

En marcha es dónde vamos a palpar el otro nivel dónde se mueve el Tiguan respecto a la competencia, lo mismo que sucede con el Volkswagen Golf en los compactos, es un coche muy fácil de llevar, seguro, estable y rápido con una calidad de rodadura soberbia.

En ciudad es ágil y gracias a la posición de conducción elevada tenemos una buena visión de lo que pasa a nuestro entorno, además gracias a la cámara de visión trasera y a la buena maniobrabilidad, es fácil de estacionar.

En Autopista va de vicio, es muy estable, aplomado y la dirección ofrece un tacto durillo que mantiene las ruedas en su posición sin inmutarse.

La carretera, por sinuosa que sea, es su hábitat predilecto, es un coche que transfiere confianza, permite ir rápido, pasa las curvas sin inclinar la carrocería, frena de maravilla, es ágil y el acelerador responde sin rechistar, no es un deportivo, pero podemos disfrutar a su volante sin extraños ni pelearnos con el coche.

Valoración Final

Es sin duda el mejor SUV medio del mercado, además este acabado con el Tdi de 150, cambio manual y tracción total es sin duda nuestra elección dentro de la gama. Su precio pica algo, ronda los 40.000 menos, a lo que debemos restar los descuentos existentes, pero según nuestra opinión es el único defecto que le hemos encontrado, no está mal no?

 

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