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Prueba a fondo del Opel Cabrio 2.0 CDTi 165 CV Aut.

Opel siempre ha tenido algún descapotable en su gama, pero ahora tiene seguramente el descapotable más equilibrado de su historia, lanzado en otros mercados como Cascada y en el mercado nacional como Cabrio, es un descapotable puro, con techo de lona, cuatro buenas plazas, diseño que enamora y un equipamiento a la última.

El Cabrio no será nunca un superventas pero seguramente pasará a la historia de la marca como ya hicieron el Monza o Record por sus buenas cualidades.

El diseño estilizado de su línea esconde su respetable tamaño, ya que mide 4,69 metros, lo que nos permite tener espacio para equipaje incluso con la capota bajada.

Gama

El Cabrio está disponible con lo mejor del banco de órganos de la marca alemana, ya que en gasolina se puede escoger entre el 1.4 de 140 caballos o el 1.6 de 170, ambos turbo y en Gasoil tenemos el 2.0 de 165 y 195 cv, dependiendo si tiene uno o dos turbos. Hay varios niveles de acabado y opción de cambio automático o manual en algunas motorizaciones.

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Motor

Aunque personalmente soy bastante purista en cuanto a que me gusta que los Cabrio sean gasolina, en este caso reconoceremos que se obtiene un buen equilibrio entre confort, economía y ruido. El confort lo aporta un cambio automático que pasa muy desapercibido y que sólo en fuertes aceleraciones son perceptibles los pasos entre marchas.

La economía, a pesar de que el cambio automático nos eleva algo el consumo, la verdad es que los 6,7 litros a los 100 kilómetros que nos gastó nos parecen más que satisfactorios.

El motor es el 2 litros diesel de la casa del Rayo, un motor no muy rumoroso, que tiene unos buenos bajos y que gracias a sus buenos 165 caballos, nos permite ritmos muy alegres en carretera.

Las prestaciones son muy respetables ya que coge 212 km/h de punta y pasa de 0 a 100 en 10,4 segundos.

El equipo de frenos destaca por su buena labor, al igual que la dirección.

Interior

Basado en el interior de la generación anterior del Insignia, es un coche lujoso, sobretodo con el interior de piel de la unidad de pruebas.

La única pega que le podemos poner es la misma que le pusimos al Insignia en su momento, hay demasiados botones en la cónsola central, y nos parece poco inteligente que si en nuevo insignia ya ha arreglado este aspecto el Cabrio tenga que cargar aún con el diseño antiguo.

Los asientos ofrecen múltiples regulaciones, que nos permiten lograr una óptima posición al volante.

Las dos plazas traseras son muy usables, ya que disfrutan de buenas cotas incluso con la capota en su sitio.

El maletero tiene un acceso pequeño y se limita aún más con la capota plegada, pero es profundo y sus 280 litros mínimos (380 con la capota desplegada) son suficientes.

Comportamiento

Aunque no es un deportivo, ni por dimensiones se trate de un vehiculo pensado para correr un Rallye, su comportamiento es francamente muy bueno, con un buen equilibrio entre confort y estabilidad, permitiendo una conducción segura y tranquila cuando queramos disfrutar de un paseo a cielo abierto pero también nos permite ciertas licencias racing, gracias a su rígido chasis.

En Autopista es un buen rodador, sin mucho ruido en el interior del habitáculo y con una gran estabilidad.

En ciudad peca de falta de visibilidad y que sus dimensiones cuartan a la hora de ratonear. Estacionar es sencillo sobretodo si montamos la recomendable cámara de visión trasera.

En vías secundarias, va bien si el firme está en buen estado, sino se muestra incómodo y resta confianza al volante.

Valoración Final

 

Nos ha gustado mucho, es un vehiculo fabricado con esmero, sin buscar un referente claro en el mercado y con una imagen muy atractiva. Lo más parecido es un Audi A5, algo más deportivo, pero sin ser mucho mejor pero si mucho más caro.

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