La segunda generación de este modelo llega a nuestro país con un look más deportivo pero sin grandes cambios en general, ya que monta los mismos y atractivos motores y apenas modifica su habitabilidad y capacidad de carga. El equipamiento si que se ha visto enriquecido y la calidad se ha situado a la altura de sus hermanos de marca, o sea muy alta.

Interior

Pese a que tenga una imagen cuadrada y por tanto dé la sensación de ser amplio, poco dista de un Cee’d, con la salvedad de la posición más erguida de conducción y del mejor acceso a las plazas traseras. En ningún caso estamos diciendo que sea un coche angosto, ni mucho menos, es amplio y cómodo pero sus competidores están mejor resueltos en este tema.

El salpicadero, muy semejante al que montan otros modelos de la casa, destila calidad y buen ajuste, la disposición de los botones es perfecta y es fácil de aprender dónde está cada botón. El cuadro de relojes es completo con un ordenador de a bordo con mucha información.

Los asientos delanteros son cómodos pero no recogen del todo nuestra espalda, ofrecen amplias regulaciones para conseguir una buena posición al volante.

Detrás la banqueta es amplia y permite el acomodo de tres adultos, no muy anchos pero sin estrecheces, las cotas tanto longitudinales como verticales son buenas.

Un fallo es su maletero, con 238 litros es algo justo, al que podemos ampliarlo plegando los asientos traseros y disponemos de espacio de carga extra debajo del piso y por encima de la bandeja.

Motor

Este propulsor diesel de última tecnología, ampliamente usado tanto por Kia como Hyundai, es uno de los mejor valorados por los usuarios por su fiabilidad y robustez.

Se trata de un propulsor de 1,6 litros de inyección directa y turbo de geometría variable, con 128 caballos que se muestra perfecto para un uso global del coche, tiene unos buenos bajos, estira correctamente y puede con el Soul aunque vaya cargado a tope, eso si no es deportivo.

Sus prestaciones son buenas, con una punta de 180 Km/h y pasando de 0 a 100 km/h en 11,2 segundos.

Respecto al consumo es el punto más flojo del Soul, ya que durante nuestro test arrojó un discreto registro de 6,6 litros a los 100 kilómetros, parecido al de la versión gasolina del mismo modelo.

Comportamiento

A pesar de que no es un modelo deportivo y que es bastante alto, su comportamiento en carretera sorprende, da seguridad y se nota que pisa muy firme, si lo forzamos lógicamente si que acusa la altura y se vuelve algo más torpe.

El volante cuenta con tres modos de funcionamiento para endurecer más o menos su respuesta y la verdad es que es muy de agradecer, suave para aparcar y más dura para circular por vías reviradas.

En ciudad es cómodo y ágil, la visibilidad es pobre, pero con la ayuda de los retrovisores y del buen radio de giro las maniobras se hacen con prontitud y seguridad.

En Autopista se muestra cómodo y aplomado, suponemos que le afectará el viento lateral, pero es un buen viajante.

En vías secundarias aunque el piso no esté en las mejores condiciones es cómodo y fácil de conducir.

Valoración Final

Es un excelente producto, perfecto para familias que lo usen a diario, su precio sin descuentos ronda los 20.000 euros, pero si vamos a nuestro concesionario Kia más cercano nos arreglarán el precio, para que sea una auténtica ganga.