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Prueba del Audi Q8 Sportback e-tron

Prueba del Audi Q8 Sportback e-tron

El portaestandarte de la gama eléctrica de Audi se renueva para seguir siendo uno de los modelos más deseados y avanzados del momento.

Este Audi Sportback Q8 e-tron es una puesta al día del modelo presentado en 2019 y que fue el primer modelo eléctrico de producción de la marca germana.

Por supuesto, los acabados son impecables, la insonorización muy trabajada, una calidad de rodadura premium y todos los sistemas de información, entretenimiento y seguridad del mercado están disponibles de serie o como opción en este Q8.

Audi mantiene su arquitectura de 400v a pesar de que dentro del grupo ya cuenta con modelos con arquitecturas de 800V, pero hablando en plata, no es necesario, ya que tiene potencia para aburrir y su autonomía real está en línea con la competencia directa.

Este Audi Q8 55 Sportback e-tron viene cargada de novedades estéticas. Cuenta con una parrilla en negro brillante con el renovado logo de Audi en posición central. Cuenta con faros Full Led de serie y aunque nuestra unidad contaba con faros Matrix LED opcionales.

Uno de los detalles más llamativos son los espejos retrovisores Audi Virtual Mirrors opcionales, que son uno de los puntos que requieren algo de adaptación, ya que la vista se nos va hacia la parte exterior del cristal. La verdad es que la calidad de visión es excelente.

Este acabado Sportback es un musculoso SUV con una caída del pilar C que le otorga un marcado carácter «coupé». La superficie acristalada ha sido reducida y la línea de cintura es alta.

Los sobredimensionados pasos de rueda llaman la atención al igual que las monstruosas llantas de 21 pulgadas y las pinzas de freno pintadas de rojo.

El puerto de carga del Audi e-tron ha sido camuflado mediante una tapa con apertura motorizada. Basta con pulsar un botón ubicado y oculto junto a la tapa para que esta se abra o se cierre.

Las dimensiones del Audi Q8 Sportback e-tron son imponentes, con una longitud de 4.915 mm, una anchura de 1.937 mm y una altura de 1.619 mm, el Audi e-tron ofrece la habitabilidad y el confort de primer orden gracias a una distancia entre ejes de 2.928 milímetros, pero esto resta espacio de carga que se queda en unos suficientes 528 litros.

El puesto de conducción es espectacular y muy tecnológico. El conductor dispone de hasta 5 pantallas con información variada.

El volante es perfecto, grueso y con buen tacto, además dispone de multitud de botones que nos permiten controlar casi todas las funciones del coche y del sistema multimedia a través de la pantalla virtual cockpit de 13,3 pulgadas.

Para escuchar música desde un reproductor MP3, un USB o un smartphone en los altavoces del coche, existen dos puertos USB como parte del Audi music interface (AMI), que a su vez se encuentra integrado en el opcional Audi Smartphone interface opcional, aunque ampliable en un futuro. Uno de ellos es compatible con el nuevo USB tipo C, que permite una transmisión de datos más rápida y cuyo conector es simétrico para un uso más fácil. Se suman a ellos dos tomas de corriente USB y una toma de enchufe de 12V para los asientos posteriores. El sistema de sonido premium Bang & Olufsen con sonido 3D virtual logra una calidad de sonido fantástica.

A la izquierda del volante nos encontramos con el cuadro para operar el sistema de luces que abandona la clásica «ruleta» y hereda el elemento táctil de sus hermanos mayores, algo que mejora la apariencia y el aspecto tecnológico, pero que resta algo de facilidad de uso.

La consola central acoge el sistema de infoentretenimiento, con conexión a internet y asistente de voz en una pantalla de 10,1 pulgadas.

En todas las pantallas que integra el coche, la interfaz de usuario es cómoda y de fácil lectura. La estructura del menú es simple y fácil de comprender, al estilo de un smartphone actual. El modelo cuenta con Apple Car Play y Android Auto, por lo que la sincronización con tu smartphone será muy sencilla.

En una posición inferior encontramos unos controles de climatización que pueden operarse a través de una pantalla táctil.

El salpicadero puede contar con varios acabados. Los ajustes son espectaculares y el montaje sobresaliente. Los materiales por lo general rebosan calidad.

El Q8 e-tron ofrece un acceso fácil y una magnífica visibilidad a bordo. Pero además cuenta con una posición deportiva en sus asientos. Las plazas delanteras pueden tener ajuste eléctrico, ventilación, calefacción y masaje.

Las plazas traseras disponen de unas cotas generosas y la central resulta usable al carecer de túnel de transmisión. Los respaldos traseros son abatibles 40:20:40, para mejorar la capacidad de carga.

Incorpora un reposabrazos central ajustable con compartimento de almacenaje para los asientos delanteros y la climatización de tres zonas.

Los cables de carga se guardan en un pequeño maletero delantero ubicado bajo el capó. Este pequeño maletero cuenta con 60 litros de capacidad, suficiente para guardar cables, cargadores y algunas herramientas, excelente idea.

Este Audi Q8 50 e-tron cuenta con un motor en el eje delantero y otro en el trasero que generan una potencia de sistema de 250 kW en modo boost, y un par máximo de 664 Nm. La autonomía homologada es de 501 km. La velocidad máxima está limitada a 200 km/h, pero las cifras de aceleración y recuperación son dignas de un superdeportivo, con toda la potencia desde el segundo 0.

En nuestro caso y practicando una conducción económica hemos conseguido una autonomía de 463 kilómetros, una cifra destacable viendo la autonomía real de este tipo de vehículos. Hay que reconocer que es un coche que regenera mucha energía y funciona muy bien a vela, por eso los consumos se reducen de forma ostensible.

Gracias a una distribución de masas muy equilibrada, con un reparto ente ejes de casi 50:50 el comportamiento es muy neutro y deportivo, a pesar de su elevada tara, el Q8 e-tron Sportback es fácil de llevar rápido y hasta disfrutar al volante.

En marcha solo se oye tímidamente el típico sonido espectral de algunos vehículos eléctricos, pero el habitáculo permanece en absoluto silencio y sin vibraciones.

Sin duda alguna el modelo se mueve con soltura. El paso por curva es seguro y rápido y el aplomo intachable, aunque el peso se nota si forzamos la máquina.

Disponemos de la friolera de siete modos diferentes de conducción: auto, comfort, dynamic, efficiency, individual, allroad y offroad. Estos inciden en la manera de entregar la potencia, la dirección o la suspensión.

Los amortiguadores neumáticos se adaptan individualmente a las condiciones del firme en función de la velocidad y las preferencias del conductor, y llegan a variar el recorrido en hasta 76 milímetros desde la altura base de 172 mm. En autopista, la carrocería baja en hasta 26 mm, lo que mejora la estabilidad y la aerodinámica, y de paso aumenta la autonomía. En el modo offroad, la altura libre al suelo aumenta en 35 milímetros. Si el conductor activa la función ‘Lift’ en el Audi drive select, el coche sube otros 15 milímetros extra. Junto con un ángulo de ataque de 18,2 grados y un ángulo de salida de 24,4 grados –cuando se selecciona el modo offroad–, el Audi e-tron está preparado para hacer frente a la conducción fuera del asfalto. En esta configuración, el ángulo de inclinación en rampa del SUV alcanza los 16,8 grados.

La batería del Q8 50 e-tron tiene una capacidad de almacenamiento neta de 89 kWh (95 kWh brutos), y dispone de una potencia máxima de carga de 150 kW.

En una estación de carga de 11 kW, la batería del Audi puede recargarse en unas 11 horas y 30 minutos (22 kW: 6 horas).

Incluye la función Plug & Charge, que permite la autentificación automática del vehículo en las estaciones de recarga compatibles y su activación con tan solo conectar el cable de carga, realizándose la facturación de forma automática.

Valoración Final.

Es un cochazo del futuro que tiene su precio, desde 84.000 euros, pero la verdad es que es una gozada conducirlo y viajar con él.