Prueba del nuevo Skoda Karoq Scout 1.5 TSI 150 CV DSG
El primo checo del Seat Ateca se ha renovado tras 5 años en el mercado, con una línea algo más afilada, más aerodinámica, con nuevos faros delanteros ahora disponibles con tecnología Full LED matricial. También ha variado ligeramente su parrilla, ganando anchura y presencia, y los parachoques, mientras que se han introducido nuevos diseños de llantas y el alerón posterior ha sido modificado, al igual que los pilotos traseros.
Sus dimensiones cambian ligeramente y se quedan en 4,39 metros de largo y 1,84 de ancho, con 2,63 metros de distancia entre ejes.
Nuestra unidad de pruebas es el acabado Scout, con una estética más aventurera, gracias a algunos cambios estéticos.
El interior del Karoq cambia algunas tapicerías y molduras, pudiendo equipar materiales reciclados como por ejemplo, las fundas de los asientos, que están hechas de botellas PET desechadas. También ha sufrido una buena evolución la iluminación interior, ahora más potente.
El cuadro de instrumentos es digital de 8 o 10,25 pulgadas dependiendo del acabado y dispone de cinco diseños básicos y distintas opciones de configuración.
Mientras, en la zona central del salpicadero las versiones más básicas vienen con pantalla de 6,5 pulgadas, aunque el grueso de unidades montará el equipo de 8 pulgadas y será de serie dentro de poco.
Este Skoda Karoq mantiene los mandos físicos para el climatizador, más cómodos que los modelos que los integran en la pantalla central.
En cuanto a habitabilidad hay mucho espacio en las plazas delanteras. Además el acceso es también muy bueno. Prácticamente sea cual sea nuestra talla iremos a gusto aquí delante, pudiendo ajustar bien el volante y los asientos para adoptar una posición cómoda.
Detrás encontramos mucho espacio para las piernas y también una generosa distancia hasta el techo, por lo que cuatro adultos viajarán muy holgados en este Skoda Karoq.
El Karoq introduce opcionalmente un sistema VarioFlex que permite deslizar la segunda fila de asientos longitudinalmente para repartir el espacio entre el interior y el maletero, además de ajustar la inclinación del respaldo. Estos asientos VarioFlex también permiten el plegado hacia delante y pivotar la base, para cargar objetos de mayor tamaño.
El maletero cubica 521 litros, que está muy bien y se pueden ampliar a 1.630 tumbando los asientos posteriores. En el caso de optar por los VarioFlex, el volumen se incrementa ligeramente hasta los 588 litros y llega a 1.810 litros al retirarlos completamente hacia delante.
Nuestra unidad de pruebas equipaba el propulsor 1.5 TSI de gasolina con 150 CV, acompañado del cambio de doble embrague DSG, una combinación que ya avanzamos que nos agrada por su buen funcionamiento y correcta economía de uso.
Dispone del sistema de desconexión selectiva de cilindros, que desconecta dos cilindros cuando se circula entre unas 1.500 y 4.000 rpm y vas “a punta de gas”; una vez activado, se desactiva a poco que pises ligeramente el acelerador. Su funcionamiento es imperceptible y permite ahorrar bastante gasolina, en nuestro caso el consumo se situó en 5,8 litros a los 100 kilómetros, una cifra excelente por el tamaño y prestaciones del Karoq.
El cambio DSG de 7 relaciones es cómo siempre fino y rápido, facilitando la conducción económica pero respondiendo cuando se precisa.
La entrega de potencia del motor TSI es buena en un amplio margen de revoluciones, aunque se siente más dispuesto si lo mantienes en la zona media del cuentavueltas. Es un motor muy polivalente, que se puede incluso disfrutar en algunos momentos.
Las prestaciones son muy buenas, pasando de 0 a 100 KM/h en 9 segundos y alcanzando los 203 km/h.
En marcha, el Karoq es un coche fácil de conducir y ofrece un buen confort de marcha. No destaca por nada pero todo lo hace bastante bien, se sitúa por encima de la media del segmento.
En zonas reviradas es menos estable que su primo de Seat, pero en cambio filtra mejor las irregularidades del asfalto y en Autopista y carretera normal, es más cómodo.
La dirección es correcta, puede que sea uno de los puntos que mejoraríamos, pero tampoco penaliza.
En ciudad falta algo de visibilidad, pero la posición más alta y erguida y la suavidad del Karoq, nos hacen las cosas muy fáciles, incluido callejear y estacionar.
Valoración Final
El Skoda Karoq Scout 1.5 TSI 150 CV DSG es una buena alternativa para coche familiar, es capaz, dinámico, habitable y esta versión Scout es atractiva por su diseño más campero, el motor cumple sin problemas incluso a plena carga y el cambio es una delicia, el peaje para conseguirlo son 33.800 euros, una cifra razonable por lo que nos llevamos a cambio.