Prueba:: Ferrari F430.
Tener un Ferrari es el sueño de muchos pero la verdad que conducirlo también le gustaría a más de uno. Pues bien nosotros hemos tenido el gusto de probar el Ferrari F430, el modelo más básico de la casa de Maranello, si por básico podemos entender un vehiculo equipado con un motor V8 de 490 caballos y 4,3 litros de cilindrada.
Un Ferrari es la máxima aspiración de muchos conductores, pero la realidad nos dice que pocos de ellos lo conseguirán, ya que no es un coche para viajar en familia, ni hacer colas en las entradas de las grandes ciudades, ni por muchos otros motivos. Es un capricho, un juguete, algo especial para disfrutar tu y los que te ven pasar.
Diseño
Empezaré diciendo que me gusta, y mucho, su trasera con los pilotos redondos y saltones, su morro marca de la casa y su motor sólo cubierto por un cristal, es un coche bonito, escandaloso y que despierta sentimientos ocultos, me gusta por su línea fluida y sus bonotas llantas, es un coche que hace palpitar el corazón.
Comportamiento Cuando pensamos en uno de estos bólidos rojos pensamos en caballos, en velocidad y sobretodo en belleza, pero es simplemente una máquina pensada para enlazar curvas a velocidades endiabladas y con el motor cerca de la zona roja. El F430 es sin duda un aparato muy eficaz, con el cambio automático con levas detrás del volante, no necesitas separar las manos de él en ningún caso.
Cuando vamos por autopista, lo mejor es dejar el cambio en automático, ya que el F430 tiene tanto potencial que si no es por las Autobahn Alemanas, no podemos ver ni un atisbo de su potencial.
Cogemos una salida y nos dirigimos a nuestro puerto de montaña favorito, el coche ya está en temperatura, nuestro corazón palpita y nuestra boca empieza a salivar. Una vez allí las primeras curvas las tomamos con prudencia, y conforme vamos cogiendo el feeling al coche vamos subiendo el ritmo, el coche empieza a sentirse en su salsa, sobretodo a la salida de las curvas, con alguna que otra cruzada. El coche monta un diferencial de electrónico que literalmente pone al vehiculo en la curva. Su grado de acción se puede controlar desde un mando giratorio en el volante. La verdad es que pocos te pueden ofrecer las sensaciones que ofrece este Ferrari. Se comporta como si tuviera un peso mucho menor y es ágil a la vez que estable.
Motor
El motor es muy prestacional, le gusta la zona alta del cuenta vueltas, y eso que está en las 8.000 revoluciones, pero se siente cómodo y sus escapes roncan que parecen música celestial. El cambio en automático es muy brusco, sólo lo usaremos para ir «tranquilos», ya que cuando queramos disfrutar mejor usar las levas de detrás del volante, que además de grandes y bien situadas ofrecen mucha confianza y inmediatez.
Equipamiento
Hoy en día un superdeportivo no es un formula con matricula, sino que incluye toda clase de lujos, piel por doquier y un confort muy elevado. Este además es relativamente bueno en cuanto a acceso. El equipamiento se puede completar con una lista sin fin de extras, opcionales o como le quieran decir.
Compra emocional
Nadie se compra un Ferrari mirando el consumo, el mantenimiento o el precio del seguro, una persona que tiene 170.000 euros, no creemos que estos detalles le importen, eso si lo importante será el diseño, el comportamiento y en menor medida el confort o ambiente interior. Este Ferrari es un coche redondo mirando estas cualidades y por eso es objeto de deseo tanto de los que pueden comprarlo como de los que no podemos.
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