Ford confía en sus empleados para diseñar un futuro prometedor
El último tramo de cualquier desplazamiento urbano puede ser complicado. Acabas de salir del tren o de aparcar en la ciudad, y aún tienes que caminar o ir en bici a tu destino.
Así que cuando Ford lanzó un desafío de innovación que crease un dispositivo que ayude a los usuarios a moverse por la ciudad, al ingeniero de sistemas Kilian Vas, con sede en Colonia (Alemania), que la solución podía ser un asistente eléctrico de cuatro ruedas llamado Carr-E. Los usuarios guardan el Carr-E en su vehículo y lo pueden utilizar en zonas en las que los coches no pueden circular.
La innovación de Vas es una de las muchas ideadas por empleados de Ford en estos últimos años. Se espera que el crecimiento en materia de innovación, medida por las propuestas de innovación recibidas, alcance cifras record en la compañía, superando las 6.000 recibidas durante el año pasado.
El número de inventos no es la única cifra en aumento en Ford. El número de empleados de Ford creadores de inventos ha alcanzado cifras récord desde el comienzo de 2015, cuando más de 3.500 trabajadores se animaron a enviar innovaciones por primera vez.
“El aumento significativo de nuevos inventores es resultado de nuestro impulso en materia de innovación en todas nuestras áreas de negocio”, asegura Raj Nair, vicepresidente ejecutivo de desarrollo de producto y oficial técnico en jefe. “Al mismo tiempo, hemos reforzado los desafíos de innovación, donde buscamos nuevas ideas en toda la compañía y luego, combinándolas con la aportación de empleados, vemos cómo podemos llevar más allá esas ideas”.
Las innovaciones de Ford también incluyeron un prototipo que recoge la condensación de los sistemas de aire acondicionado, la filtra y la bombea dentro del habitáculo y un sistema SYNC con control remoto que permite a los pasajeros controlar la pantalla del sistema de información y entretenimiento.
Carr-E
Su gran funcionalidad es lo que separa a Carr-E de otros dispositivos eléctricos de transporte personal. Además de transportar pasajeros, Carr-E puede emplearse para transportar objetos pesados. Los usuarios solo tienen que colocar en objeto sobre el dispositivo y éste seguirá a un transmisor electrónico que tienen en su poder.
A Vas se le ocurrió el diseño circular y compacto del dispositivo cuando se dio cuenta del espacio vació que hay en el interior de la rueda de repuesto de su coche.
“La innovación es muy importante para mí”, afirma Vas, que trabajó con sus compañeros Daniel Hari y el doctor Uwe Wagner, diseñadores de Ford Europa y especialistas en prototipos de la universidad RWTH de Aachen para crear Carr-E. “Me inspiró el avance de Ford hacia el objetivo de convertirse en una empresa de automóviles y también de movilidad, además de la dedicación de nuestro fundador Henry Ford para transformar los modos de transporte”.
Vas lleva innovando desde su llegada a Ford hace tres años, con un título en ingeniería de automoción y un master en ingeniería mecánica, ambos en la Universidad de Artes y Ciencias Aplicadas de Dortmund. Su primera innovación en Ford, un reposacabezas que se pliega para permitir espacio para un asiento de niño y tiene alas plegables para echar la siesta, ha sido patentada.
Vas considera Carr-E una de las muchas soluciones del ecosistema avanzado de transporte que está creciendo en ciudades de todo el mundo.
Agua sobre ruedas
Cuando Doug Martin leyó acerca de una valla publicitaria en Lima (Perú) que convertía la humedad en agua potable para la población local, tuvo una idea innovadora. ¿Y si los coches pudiesen ser fuente de agua?
La condensación de los equipos de aire acondicionado de los vehículos, que normalmente acaba cayendo al asfalto, podría utilizarse de una manera muy similar. Martin trabajó con su compañero John Rollinger para dar vida a la idea, creando un prototipo que recoge, filtra y bombea la condensación directamente en un surtidor dentro del coche.
La idea de Doug Martin de convertir los coches en fuente de agua toma como partida el hecho de que el agua fresca es un recurso escaso.
“Toda el agua que se desperdicia debería de recuperarse y ser utilizada de alguna manera”, asegura Martin. “El verdadero éxito sería que esta idea acabase ayudando a la gente que no tiene una acceso al agua, como el outback australiano, por ejemplo. Estoy intentando que mis hijas gemelas se sientan orgullosas de mí y que el mundo sea un lugar mejor para ellas”.
Para poner a prueba su idea, Martin descubrió que un coche puede producir casi dos litros de agua por hora, el equivalente a casi cuatro botellas de agua mediana. Por supuesto, esto equivale a tener que realizar menos paradas en la carretera para comprar agua, así como a gastar menos botellas de plástico. Pero los beneficios van aún más lejos, pudiendo tener un impacto potencial en la crisis del agua mundial que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a una de cada 10 personas y deja a cientos de millones de personas sin agua corriente.
La innovación le llega fácilmente a Martin, un ingeniero de control de motores de Ford que cuenta con cerca de 70 patentes relacionadas con automóviles. Tras graduarse en ingeniería eléctrica en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, comenzó a trabajar para Ford. Lleva en la compañía un total de 22 años.
Este innovador de Ford se imagina un día en el que la gente diga “no puedo creer que malgastásemos tanta agua”.
Teléfono coche
¿Cómo podemos darle poder a los pasajeros de un servicio de trayectos compartidos que usualmente tienen muy poco que decir? Para Oleg Gusikhin, Omar Makke y Jeff Yeung de Ford, el reto es fácilmente asumible gracias a su experiencia trabajando con Ford SYNC.
“Al replantearse la conectividad móvil desde la perspectiva del pasajero, pensamos en cómo podríamos utilizar smartphones para darles el control a través de SYNC sin necesidad de que estuviesen emparejados a través de Bluetooth, cuenta Gusikhin.
Finalmente, esta línea de pensamiento dio lugar a un nuevo software, Control Remoto SYNC. Con el apoyo de Perry MacNeille y Jack Van Hoecke, de Ford, la idea evolucionó en cuestión de meses en una función remota que permite a los pasajeros controlar características de SYNC como la radio y el climatizador.
Cuando un pasajero se sube en el coche, él o ella conectan un dispositivo móvil que abre automáticamente un interfaz de aplicación que le da a él o a ella el control de la radio y el climatizador. Sería posible añadir cualquier característica susceptible de ser controlada, como el asiento del pasajero y otras. Utiliza software de código abierto para conectar el teléfono a SYNC a través del teléfono del conductor sin necesidad de emparejamiento adicional. El software incluye una opción de traducción para cuando el conductor y el pasajero no hablan el mismo idioma. El pasajero solo tiene que teclear en el teclado lo que quiere decir y SYNC lo traduce en el idioma del conductor.
Estas características, que ayudan a que el trayecto sea más disfrutable, cuentan con un potencial inmenso para servicios de desplazamientos compartidos, especialmente en vehículos autónomos en los que no hay conductor.
No hace falta pasar mucho rato hablando con Gusikhin, Makke, Yeung y su equipo de colaboradores para darte cuenta de que están tan emocionados como cualquiera al pensar en un futuro en el que el smartphone se convierta no solo en el modo en el que pides un desplazamiento, sino también en la herramienta con la que lo gestiones. A efectos prácticos, tu smartphone se convierte en tu coche, ayudándote a personalizar y controlar tus trayectos de una manera que te resulte familiar.
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