Visitamos el Museo del Automóvil de Turín (Italia)
Turín es junto con Stuttgart y Munich, la ciudades europeas del Automóvil. la ciudad del norte de Italia tiene varios sitios de visita obligada para los amantes de la gasolina, la fábrica de la Fiat, las sedes de empresas como Bertone, pero el más recomendable es el Museo Nazionale dell’Automobile de Turín. Y para los que no lo son tanto, también, ya que en él se cuenta, de manera entretenida y didáctica, la historia del último siglo y medio a través del coche, cómo los cambios sociales, de gusto y de pensamiento, las guerras, los periodos de abundancia y de carestía, los descubrimientos y el desarrollo de la ciencia dejaron su impronta en el automóvil… y viceversa. Porque el desarrollo de estos vehículos cambió la fisonomía de las ciudades, el paisaje se cubrió de la red que configuran las carreteras, se modificaron los conceptos de velocidad, de distancia y de tiempo y, con ellos, las relaciones entre las personas y de éstas con el espacio.
El Museo comienza con una sala dedicada a los primeros inventos de máquinas que no necesitaran la tracción animal, algunos ingenuos, otros originalísimos, la mayoría irrealizables y visionarios. Después, un recorrido que se inicia con los coches de caballos, aparecen las primeras soluciones con vapor, se llega al motor y a partir de este momento, se expande y desarrolla la industria del automóvil, surgen las cadenas de montaje y algunos modelos se vuelven asequibles, otros siguen siendo piezas lujosas que pocos pueden costear, aumentan la velocidad, las marchas, los accesorios, y van perdiendo gradualmente esa apariencia que los ligan aún a las carrozas, se pasa por las dos guerras mundiales, los locos años veinte, las crisis del petróleo, la separación entre los grandes coches americanos y los pequeños y económicos europeos, los años sesenta, la Fórmula 1 y los nuevos coches eléctricos, hasta acabar con un prototipo que aún no ha salido al mercado.
Todo este recorrido está explicado con paneles y escenografías muy dinámicas e ilustrado con auténticos coches. Y esto es solamente la segunda planta del Museo. Tras conocer la historia se está preparado para ver los entresijos que esconden estas máquinas, el constante desarrollo de los motores, explicados con técnicas museográficas actuales.
La primera planta parece responder a varios tipos de curiosidades ligados al automóvil. Muestra las fases de montaje, los grandes diseñadores, tiene un apartado de publicidad con la evolución de los anuncios, tanto gráficos como televisivos, y otro en el que se exponen los abusos a los que se pueden llegar creando objetos kitsch basados en coches o con partes de éstos, con un video de coches estrafalarios.
Un museo actual, didáctico, entretenido para todas las edades con un contenido de incalculable valor económico e histórico y un continente a la par. Muy recomendable.