Probamos el BMW X4 20d Xdrive
El BMW X4 2018 aporta un atractivo diseño exterior muy musculoso, con una linea muy deportiva con una luneta trasera inclinada, que no le resta apenas habitabilidad interior, mejorando la de la primera generación.
Este nuevo modelo es más imponente, tecnológico y ágil que nunca. Su diseño recuerda al del nuevo X3, pero también al del Mercedes Benz GLC Coupé, la competencia. Ahora es más largo, bajo y ancho que antes. Mide 4.752 mm de longitud (+81 mm) y su anchura llega a los 1.918 mm (+37 mm). La batalla también ha crecido hasta los 2.864 mm (+54 mm).
Este aumento de las cotas exteriores se traduce en un habitáculo más amplio y mayor maletero, que llega hasta los 525 litros (+25 litros) con cinco asientos disponibles y hasta los 1.430 con la segunda fila abatida.
Y si por fuera el X4 ha dado un importante salto de calidad y imagen, en el interior sucede lo mismo, mucho más detalles de calidad, más tecnología e imagen muy premium, con elementos como el sistema de control gestual, el cuadro de instrumentos digital o la enorme pantalla táctil de hasta 10,25 pulgadas del sistema multimedia.
Centrándonos en la tecnología, disponemos de una gran cantidad de asistentes y elementos con los que el BMW X4 2018 de la prueba no solo facilita la tarea al conductor, también incrementa la seguridad. Puede incorporar elementos como el Head-Up Display con funciones avanzadas o como el paquete de seguridad Driving Assistant Plus que incluye el control de crucero activo con función de parada y arranque automático, el asistente de guiado de carril y de dirección, el de mantenimiento de carril con aviso de colisión lateral y los sistemas de aviso de tráfico lateral y cruces.
También disponemos del Parking Assistant Plus, que incluye la vista zenital, la vista panorámica e incluso, una función 3D que permite ver en directo una imagen tridimensional del vehículo y su entorno.
En el interior, el confort y la amplitud son de destacar, con unos asientos delanteros, marca de la casa que nos recogen el cuerpo cómo un guante. El salpicadero disfruta de unas formas complejas y detallistas con unos materiales de calidad sobresaliente.
Detrás el espacio que disfrutan sus ocupantes es enorme, con unas cotas de confort que no disponíamos en el modelo anterior. Además el mullido de los asientos anima a pasar horas sentados en ellos.
En nuestro caso probamos e, X4 xDrive20d, diésel de 190 CV de potencia que sin duda será el más vendido de la gama por su excelente equilibrio general.
Se trata de un más que probado motor de 4 cilindros que en este caso apenas suena (un 10 en aislamiento) y que asociado al cambio automático de 8 relaciones, es sumamente suave pero también poderoso, con una respuesta rápida y potente a cualquier insinuación de nuestro pedal derecho.
El consumo, teniendo en cuenta el pedazo de coche que llevamos, es muy bueno, situándose en unos excelentes 6,9 litros a los 100 kilómetros durante los días de nuestro test, algo lejos de los 5,4 litros homologados.
El sistema de frenos y la dirección, destacan por su excelente funcionamiento y sin duda, son de los mejores de la actualidad.
En nuestro caso venía equipado con el sistema de tracción total de la marca, el Xdrive, un mecanismo que generación tras generación va mejorando, con un más eficaz funcionamiento y perfecto para situaciones complicadas cómo nieve o hielo, pero también muy de agradecer en días de lluvia o en el paso por curva. Sus funcionamiento automático a modo de ángel de la guarda, nos permite centrarnos en disfrutar de la conducción.
Opcionalmente, también se puede montar una suspensión adaptativa, con amortiguadores controlados electrónicamente capaces de ajustarse en función de las condiciones de la calzada y de nuestros estilo de conducción.
Cómo es normal en BMW disponemos del selector Driving Experience Control, dónde podemos seleccionar diferentes mapas de rendimiento (Sport, Confort y Eco Pro), consiguiendo un cambio en el comportamiento del auto.
En marcha es una maravilla, es un coche dónde los kilos apenas se notan, es ágil y muy rápido, en carreteras reviradas sorprende lo fácil que es disfrutar al volante, con una facilidad pasmosa para meterlo en las curvas, frenar, acelerar,.. es muy divertido.
En autopista tiene un comportamiento muy de turismo, muy aplomado, sin que le afecte el viento lateral y muy cómodo, perfecto para recorrer miles de kilómetros sin enterarse.
En ciudad es un coche muy grande, pero gracias a la posición de conducción elevada, tenemos un control visual de lo que pasa a nuestro alrededor y sorprende lo bien que nos las apañamos. Estacionando, gracias a las múltiples cámaras, la tarea es bien sencilla.
Valoración Final
Este nuevo BMW X4 supone un enorme salto respecto a su predecesor, situándose en cabeza de la competencia, su precio de 54.300 es lo que menos nos gusta, pero lo bueno hay que pagarlo.
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