Probamos el Honda Jazz e:HEV

Honda tiene en el Jazz a un capaz urbano que con la llegada de la nueva generación esconde un sistema de propulsión híbrido único.
El Jazz continúa la estrategia de electrificación de la casa nipona, que contempla que todos los modelos del catálogo sean híbridos o eléctricos en 2022.
Gracias a sus 4,04 metros de longitud, la cuarta generación del Jazz, es un urbano sin igual, gracias a sus soluciones de modularidad interna, y que mantiene sus compactas dimensiones que lo hacen un crack en la ciudad, con una gran agilidad y maniobrabilidad.
Su interior es amplio y de calidad con un habitáculo, con materiales agradables a la vista y al tacto, y un diseño en general muy limpio y atractivo. Destacan el pequeño cuadro de instrumentos digital, la pantalla multimedia flotante de 9,0 pulgadas o el volante multifunción, de dos radios y forrado en cuero.
Desde la pantalla central se pueden controlar el sistema de navegación, el equipo de sonido o las funciones de conectividad, pero se agradece que Honda haya mantenido unos mandos físicos dedicados al sistema de climatización, justo debajo, en la consola central.
Los asientos resultan cómodos y es fácil encontrar una postura de conducción adecuada. A nivel de acabados hay pocas pegas que ponerle al Jazz. Además, hay bastantes compartimentos para guardar objetos, incluida la doble guantera (una superior y otra inferior), que ofrece un buen espacio de almacenamiento.
En la parte trasera, por su parte, hay espacio de sobra tanto para las piernas como para la cabeza. La plaza central, aunque estrecha, es aprovechable y disfruta de un confort aceptable, puede que sea el único urbano que ofrezca 5 plazas reales.
El maletero ofrece un volumen de 304 litros, o bien 1.205 litros en caso de abatir los asientos traseros, que mantienen el sistema Magic Seat System, que permite abatir la banqueta hacia los respaldos, al estilo de las butacas de un cine, muy útil a la hora de cargar por ejemplo una bicicleta infantil o objetos largos. Estas cifras son mucho mejores que sus competidores, pero además ofrece una superfície de carga totalmente plana, que ninguno de los urbanos que hemos probado tiene y menos con las cifras del jazz, ya que se sitúa a la altura de algunos compactos.
Tecnologicamente, dispone del Honda Personal Assistant, con reconocimiento de voz, navegador, 10 airbags, conexión wifi o el paquete Honda Sensing, que agrupa diversos asistentes a la conducción, como el limitador de velocidad inteligente, el asistente de mantenimiento de carril, el control de crucero adaptativo, el reconocimiento de señales de tráfico o el asistente de luz de carretera, por ejemplo.
A nivel de propulsor, el Honda Jazz solo está disponible con un sistema de propulsión híbrido, el llamado e:HEV. Su particularidad es que está compuesto por un motor térmico y dos eléctricos, uno que impulsa las ruedas y otro que actúa como generador, para alimentar al motor impulsor y recargar la pequeña batería.
La principal diferencia entre este sistema y un eléctrico de autonomía extendida es que el motor eléctrico generador envía su energía directamente al motor impulsor, y no lo hace a través de la batería.
El motor de gasolina es un i-VTEC de 1,5 litros, con cuatro cilindros y ciclo Atkinson, que es capaz de mover las ruedas (se acopla a través de un embrague al eje delantero), aunque la mayoría del tiempo actúa únicamente como generador y ofrece 98 CV de potencia y 131 Nm de par máximo.
De los dos motores eléctricos, uno es el que impulsa las ruedas, con 80 kW de potencia o 109 CV, y un par motor máximo de 253 Nm. La otra unidad eléctrica es simplemente un generador, de 70 kW (95 CV), que como hemos dicho genera energía, pero no mueve las ruedas. En cuanto a la batería, Honda no ha anunciado su capacidad, pero sabemos que es inferior a 1 kWh.
En total, el sistema combinado nos entrega 109 CV de potencia combinada y un par máximo de 253 Nm, una cifra muy respetable y que se nota cuando pisamos el acelerador.
El conductor sí dispone, no obstante, de un modo ‘B’ del cambio que permite aumentar la regeneración de energía para recargar más rápido la batería, haciendo que el coche retenga más, aunque no lo suficiente como para llevar a cabo una conducción de pedal único, como permiten algunos coches eléctricos.
La transmisión es una e-CVT (variador) de relación fija.
Las prestaciones son bastante destacables ya que pasa de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y alcanza los 175 km/h.
En cuanto al consumo, en conducción urbana y mimando el acelerador conseguimos un consumo de tan solo 2,3 litros a los 100 kilómetros, aunque en recorrido mixto la cifra llegó hasta unos excelentes 4,6 litros a los 100 kilómetros.
En movimiento es un vehículo suave y silencioso, gracias en parte a la buena insonorización del habitáculo y la baja rumorosidad del motor, que solo aumenta si aceleramos a fondo.
Las suspensiones son suaves, primando la comodidad, pero en cambio apenas balancea en curva y cómo es de esperar de un Honda, ofrece un agrado al volante muy destacable.
En ciudad, su hábitat natural, donde maniobra con gran facilidad y se mueve ágilmente es una delicia, pero tampoco se amilana a la hora de salir a carretera abierta o autopista, dónde deja el pabellón bien alto.
El sistema de propulsión del Jazz funciona con tres modos distintos: EV Drive, Hybrid Drive y Engine Drive. El primero es eléctrico y utiliza la energía de la batería para impulsar el coche, con el motor térmico apagado. En el modo Hybrid Drive el motor térmico suministra energía al motor eléctrico generador y este, a su vez, al motor eléctrico impulsor. Finalmente el Engine Drive, reservado para circular a altas velocidades, es en el que el bloque de gasolina impulsa las ruedas, aunque la unidad eléctrica también puede apoyar en ciertas situaciones.
Valoración Final.
Disponible desde 21.900 euros sin descuentos ni ayudas, no es un coche barato, pero se sitúa en línea de su máximo competidor, el Toyota Yaris Híbrido, que tecnológicamente y por agrado de uso se encuentra un paso más atrás. Es un coche que gusta de conducir, es suave y destaca por una gran visibilidad, confort y silencio de marcha a parte de una habitabilidad y capacidad de carga muy por encima de sus competidores.