Probamos el Hyundai Ioniq EV 2020
Hyundai poco a poco se ha ganado un hueco entre los grandes del mundo de las cuatro ruedas, con sus vehículos fiables y con una calidad/precio excelente, pero también con diseños resultones.
Nuestro visitante de hoy demuestra que los Coreanos también han conseguido este privilegiado puesto en el mundo del motor gracias a invertir fuerte en investigación y desarrollo, en este caso la tecnología eléctrica es la protagonista pero también son punteros en el uso de las Pilas de Combustible o hibridación de motores gasolina, aunque muchos piensan que el peligro viene de China, el único país asiático junto con Japón que puede hablar de tu a tu con europeos y americanos es Corea.
Personalmente el Ioniq lo identifico con el coche de Uber, un modelo de diseño moderno y deportivo con un espacioso interior. Si bien es cierto que la mayoría de Hyundai Ioniq que circulan por nuestras calles y carreteras son híbridos, este eléctrico no desmerece en absoluto para un uso ciudadano con alguna escapada fuera de la urbe.
La versión EV, tiene varios detalles estéticos que lo diferencian de sus hermanos híbridos, el Ioniq EV ofrece un frontal con una parrilla activa (se abre y cierra para mejorar la refrigeración del propulsor) y que se enmarca bajo un tramado plata satinado con pequeñas muescas.
Los grupos ópticos son de tecnología LED tanto delante como detrás, a las que se suman unas luces diurnas (LED también) de nuevo diseño.
Las llantas también son particulares de esta versión, con 16 pulgadas y estrenan forma más aerodinámica.
En cuanto al tamaño esta berlina eléctrica mide unos respetables 4,47 metros de largo, el 1,82 metros de ancho y el 1,45 metros de alto.
En el interior estrenamos pantalla de 10 pulgadas situada en la consola central, que nos regala un manejo intuitivo y rápida respuesta, además integra el nuevo sistema multimedia BlueLink con mejor conectividad y Apple CarPlay.
El cuadro de instrumentos es digital con pantalla de 7,0 pulgadas, de lectura sencilla y mucha información.
Loa materiales usados son de buena calidad, con un tacto y sensación visual excelente
Un detalle peculiar y al que hay que acostumbrarse es a la manera de insertar las marchas, ya que se realiza mediante unos botones situados dónde normalmente se localiza la palanca del cambio.
Las butacas delanteras ofrecen un elevado confort y múltiples regulaciones, el espacio trasero es el culpable de que tantos profesionales del volante lo usen cómo coche de trabajo, ya que puede acoger con comodidad a tres adultos, cosa que pocos coches de este tamaño permiten.
El maletero es algo justo, sus 357 litros, son una cifra algo justa, aunque las formas son muy regulares.
En cuanto a motor eléctrico, desarrolla una potencia de 136 cv, cifra perfecta para el uso que se le va a dar a este vehículo. El par que cómo en todos los eléctricos está disponible desde parado, es de 295 Nm, excelente.
Las prestaciones son muy respetables, pasando de 0 a 100 Km/h en tan solo 9,9 segundos y 165 km/h de velocidad punta, uno de los pocos eléctricos que no la tienen limitada a 130-140 Km/h.
Disponemos de varios modos de conducción: Eco, Eco+, Normal y Sport, mediante los cuales cambia radicalmente la respuesta mecánica. Con los dos primeros, el funcionamiento es más tranquilo (sobre todo el Eco+ en el que se limita la velocidad máxima a 90 km/h), mientras que con el Normal y, sobre todo, con el Sport, obtendremos todo su potencial.
Cómo todos los eléctricos del mercado, tiene un sistema de regeneración de energía, tanto en bajadas cómo en desaceleraciones, lo que permite ir cargando algo la batería y limita el uso de los frenos sólo para parar el coche en seco o en frenadas de emergencia. El sistema de regeneración de la energía compuesto por cuatro niveles, desde una nula retención a casi tirar el ancla a la hora de levantar el pie del freno. En nuestro caso usamos la máxima retención, que obliga a nunca sacar el pie del acelerador por completo, pero que nos regaló un aumento sustancial de autonomía, ya que superamos los 300 kilómetros reales en uso mixto y el climatizador funcionando.
Podemos cargalo en un enchufe doméstico de 220 v o uno rápido, con tiempos de carga entre 1 y 8 horas más o menos.
Este Ioniq EV no tiene aspiraciones deportivas, sino que busca un equilibrio global, moviéndose sin problemas tanto por la ciudad, carretera o incluso en viajes por autopista.
Sus suspensiones priman el confort, pero no barquean cómo otras berlinas, ofrece un compromiso ideal para aquellos que buscan un coche seguro y confortable, tanto en carretera cómo en autopista.
En ciudad, el silencio de marcha, la suavidad de funcionamiento y la buena filtración de las irregularidades del asfalto, permiten que el Ioniq sea un urbano excelente, la única pega es su luneta trasera partida que merma mucho la visibilidad. A la hora de aparcar, la cámara trasera y la buena maniobrabilidad obran milagros.
En circulación urbana es un coche grande pero se nota menos torpe de los que debería.
Valoración Final
Su precio se sitúa a la altura de sus competidores, desde 36.000 euros sin contar descuentos ni ayudas gubernamentales, es un precio adecuado para un coche con una buena autonomía real, un confort y amplitud destacables y un mantenimiento y coste de uso muy bajo, si lo que buscáis es un eléctrico con entorno a 300 km de autonomía real, ámplio y equilibrado, este Ioniq debe estar en vuestra lista de futuribles. A nosotros nos ha sorprendido gratamente.