Prueba del nuevo BYD Seal U DM-i. AWD

El BYD Seal U DM-i es el primer híbrido enchufable de la marca china que llega a España. Se trata de un SUV grande con un precio muy atractivo y una autonomía muy amplia.
Este Todo Camino de origen Chino ronda los 4,8 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,67 de alto, es casi calcado a su hermano 100% eléctrico, el Seal U, ya que cuenta con un frontal aerodinámico, parrilla carenada y unos faros con tecnología LED.
Dentro destaca la amplitud con un diseño moderno, mucha tecnología y luces por doquier, los materiales son de calidad media, pero no tiene lagunas en cuanto a acabados ni ajustes.
Cómo todos los BYD en el salpicadero hay una enorme pantalla central giratoria (se puede poner en posición horizontal o vertical) de 15,6 pulgadas. La pantalla ofrece una cantidad abrumadora de información, aunque es muy fácil de moverse por los diferentes menús y la calidad de imagen es excelente, excepto cuando le toca el sol que refleja y apenas se ve.
El sistema de climatización es muy potente, le falta algo de suavidad y silencio, pero refresca rápido y bien, la calefacción es también potente, pero tarda algo más en actuar.
Disponemos de múltiples cámaras que muestran la vista 360 grados de lo que tenemos alrededor. Necesitaremos un tiempo de adaptación porque al ser muy panorámicas es difícil ver la distancia real con el resto de coches, personas u objetos
Los asientos delanteros son algo cómodos, pero no agarran mucho nuestra espalda, por lo que nos moveremos en zonas de curvas, además la banqueta es bastante corta.
Detrás el suelo es plano y las tres plazas amplias y con buenas cotas, aunque tampoco se pasan de agarre.
El maletero decepciona con solo 425 litros, pero el motor eléctrico trasero y la batería son los responsables de la merma de capacidad de carga.
BYD Seal U DM-i, cuyas siglas significan Dual Mode Intelligent, que viene a decir que tiene dos modos de propulsión, con un motor de combustible y dos eléctricos, y que se gestiona de forma inteligente.
Esta versión híbrida casi siempre priorizará en ir en modo eléctrico. De hecho, la parte eléctrica es la más potente, con 214 CV, mientras que el motor de combustión de 1,5 litros atmosférico de 98 CV, funciona más como fuente generadora de energía eléctrica, que la envía a la batería de 18,3 kWh de capacidad. Aunque si demandamos mucha potencia, ambas partes funcionan a la vez para desarrollar un total de 324 CV.
Tiene un botón en la consola central para forzar al sistema híbrido a circular en modo eléctrico todo el rato, con el motor térmico apagado. Si tenemos la batería a tope, podremos circular sin gastar gasolina durante algo menos de 80 km, una cifra bastante buena teniendo en cuenta que es un coche grande y pesado, de más de 2 toneladas.
Cuando la carga de batería llega a un 25% aproximadamente (lo podemos programar desde la pantalla central), el sistema cambia de prioridades, comportándose más como un coche híbrido convencional. Es decir, en este caso, el motor térmico ganará más protagonismo, dejando entrar a la parte eléctrica solo para asistir en ciertos momentos clave. De esta forma, la batería siempre mantendrá algo de carga.
Es un coche de tracción total automática, el mismo coche es el que escoge qué ruedas traccionan, las delanteras, las traseras o ambas, delante la fuerza puede venir tanto del motor térmico cómo de la batería, detrás solo la batería aporta fuerza.
El consumo es algo más alto que sus homólogos europeos, con una media de consumo de gasolina de 6,4 litros durante nuestro test y de 21 kwh de electricidad en modo eléctrico. Su autonomía combinada pasa de los 800 kilómetros reales.
La batería se puede enchufar a un cargador para cargarla, este proceso es rápido y cómodo.
En cuanto a su comportamiento dinámico, el BYD Seal U DM-i se prima claramente el confort con una suspensión blanda, sobre todo la trasera. Esta configuración es genial para ciudad e incluso por autopista, pero en carreteras reviradas se nota que inclina bastante la carrocería, sin ser peligroso en ningún caso, ya que el control de estabilidad actúa cuando es necesario, pero no anima a correr en carreteras de montaña o con curvas.
En ciudad es grande y la visibilidad es mala, sobretodo hacia atrás, pero con las cámaras se consigue sobrellevar.
Fuera del asfalto ni altura al suelo ni los neumáticos animan a lanzarse a hacer 4×4, pero circular por caminos en buen estado es muy fácil y el sistema de tracción funciona a la perfección, incluso en zonas más rotas o curvas cerradas no patinó y avanzó con confianza.
Valoración Final.
Este coche se vende por precio, sus 29.000 euros hacen que a día de hoy no haya ningún otro modelo que lo iguale, ni en prestaciones, ni en equipamiento, ni mucho menos en habitabilidad, es un chollo que no va nada mal.