Probamos el BYD Dolphin
Los coches de origen chino han llegado a Europa en manada y se están comiendo una buena parte del pastel de ventas. BYD es una de las marcas que ya habían intentado en el pasado penetrar en el duro mercado continental, pero no lo había conseguido, ahora con productos de más calidad y diseño y una clara apuesta por la electrificación, parece que lo conseguirá.
BYD es uno de los mayores fabricantes de baterías del mundo. No es una marca pequeña que intenta conseguir ganar dinero vendiendo coches, es un enorme conglomerado que está invirtiendo un montón de dinero para conseguir ser uno de los actores principales en la movilidad eléctrica del futuro, lo conseguirá? Es difícil de decir.
Nuestro visitante de hoy es el nuevo BYD Dolphin que cuenta con una batería con 60,4 kWh de capacidad. Esta tarda aproximadamente 6 horas en cargarse en un punto de recarga de 11 kW de potencia.
El consumo homologado según el ciclo WLTP es menor a 16 kWh/100km, y su autonomía con una sola carga hasta 427 km en ciclo combinado, en nuestro test hemos mejorado estas cifras, aunque hay que reconocer que si hacemos muchas subidas y fuertes aceleraciones, la autonomía baja considerablemente.
Gracias a sus 204 CV de potencia y 310 Nm de par motor máximo, la aceleración de 0 a 100 km/h es de tan solo 7 segundos.
Este BYD Dolphin no es un coche atractivo por diseño, como si lo es su hermano el Seal, pero es un coche de tamaño contenido (4,29 metros), una buena habitabilidad y una visibilidad periférica buena.
Es de los eléctricos más discretos y eso en un punto a su favor, si que tiene los imprescindibles faros de tecnología LED y detalles modernos, pero en marcha no destaca.
Por dentro sí que es más rompedor con su pantalla multimedia, con conectividad total con dispositivos móviles y un tamaño de 12,8 pulgadas. Esta pantalla gira, se puede situar en posición vertical u horizontal, rasgo común en todos los modelos de la marca asiática. Es diferente, pero nos parece más una fuente de problemas que una virtud.
El sistema de info entretenimiento es muy rápido e intuitivo, y los gráficos son excelentes.
La instrumentación parece un calco de la que usan los Volkswagen eléctricos, con una pantalla de 5 pulgadas con la información justa y necesaria.
Es de agradecer que mantenga los botones del control del audio, los warnings o la función de desempañar la luna delantera.
La calidad es justa, con materiales duros y unos ajustes algo por debajo de los modelos europeos.
Los asientos son cómodos y sujetan el cuerpo bastante bien. Disponen de regulación es eléctrica e incluyen calefacción.
El volante dispone de mandos físicos, está forrado en cuero y ofrece buenas regulaciones.
Las plazas traseras son, gracias a su batalla de 2,70 metros, muy amplias. Tres adultos caben apretaditos, pero al no haber túnel de transmisión se viaja con relativa comodidad. Las cotas son buenas tanto de anchura cómo de altura y longitud, uno de los mejores de su categoría. El maletero cuenta con 345 litros de capacidad. Si abatimos la fila de asientos posterior, supera los 1.300 litros.
En marcha está muy conseguido, desde el minuto cero te sientes cómodo al volante, lo único que no nos enamora es la falta de información de la dirección, pero es algo que nos acostumbramos rápidamente.
Dispone de tres modos de conducción, ECO, Normal y Sport. Con el ECO se puede circular sin problema, no limita la potencia excesivamente cómo en otros modelos, pero tampoco es tan eficiente cómo debería. Lo cierto es que no hemos notado demasiada diferencia entre el modo Normal y Eco. En modo Sport los 204 caballos tiran con fuerza, es deportivo de verdad.
Al ser eléctrico, los ruidos parásitos del viento alta velocidad se notan más, pero no es nada preocupante.
El centro de gravedad es bajo y en las curvas el conjunto se mantiene muy estable, cosa que también pasa en vías rápidas, como autovías o autopistas. Todo ello con un tarado de suspensión enfocado a absorber al máximo cualquier irregularidad que se encuentre bajo sus neumáticos.
Hay que valorar que BYD ha conseguido un peso ligero, tan solo 1,6 toneladas, y eso se nota tanto en el consumo cómo en el comportamiento.
No es un eléctrico que tenga una recuperación de energía muy elevada ni un freno motor potente, pero entendemos que esto es positivo para quienes cambien de un motor térmico a un eléctrico, así la transición no será tan dura.
Valoración Final
El precio del BYD Dolphin parte desde 25.000 euros, incluyendo todas las ayudas, es un precio competitivo, ya que este coche viene bien equipado, tiene una buena autonomía y cumple en todos los apartados, sin duda es una buena opción a la hora de buscar un eléctrico asequible para un uso total, ya que sus medidas nos permiten tanto defendernos en ciudad cómo afrontar escapadas de fin de semana o vacaciones, aunque aquí puede faltar algo de espacio de carga. BYD es sin duda la marca de origen chino que más claras tiene las cosas, si sigue con esta política creemos que esta vez puede conseguir mantenerse en nuestro competitivo mercado.