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Probamos el Hyundai i20 Híbrido

Probamos el Hyundai i20 Híbrido

Hace unos meses Hyundai lanzaba la última generación de su urbano, el i20, una generación que rompe moldes y se sitúa entre los más avanzados del segmento.

El nuevo diseño sigue el patrón de diseño Sensous Sportiness de la marca, que engloba los conceptos de deportividad y elegancia.

En principio este Hyundai está a la altura del nuevo Honda Jazz Híbrido o el Toyota Yaris Hybrid, con un diseño muy trabajado, mecánicas ecológicas y muchas posibilidades de equipamiento, las marcas europeas están algo más atrás.

Este nuevo i20 llama poderosamente la atención, no cómo su antecesor de diseño mucho más sencillo y normal.

Su diseño destaca por un frontal refinado, con una parrilla de generosas dimensiones, luces principales LED afiladas y un capó de gran robustez con una nervadura central. Sus líneas de cintura y hombros están muy marcadas y una parte trasera con una tira luminosa que conecta unos grupos ópticos en forma de Z con tecnología LED que aportan distinción y aumentan la anchura visual del coche.

Aunque parece mayor este nuevo urbano de Hyundai es casi calcado a la anterior generación con una longitud de 4,04 metros, 1,77 m. de ancho y 1,45 m. de alto.

El interior también se revoluciona con materiales algo más blandos en algunas zonas del salpicadero o las puertas, pero también un diseño muy trabajado y un equipamiento Top.

La postura de conducción y la ergonomía están a un alto nivel, también todos los mandos se encuentran a mano.

La parte tecnológica está mucho más desarrollada con una cuadro de relojes digital de 10,25 pulgadas y una pantalla en la cparte alta de la cónsola central del mismo tamaño y que cuenta con sincronización móvil Apple CarPlay y Android Auto inalámbrica, navegación o el sistema BlieLink con funciones ampliadas en la app móvil. Su uso es intuitivo y ágil permitiendo acceder a todos los menús con facilidad.

También el equipamiento es amplísimo con arranque sin llave, la iluminación ambiental LED, el climatizador automático, el cargador inalámbrico, los sensores de aparcamiento traseros, cámara trasera… también múltiples asistentes de conducción, control de velocidad de crucero adaptativo basado en la navegación asistente inteligente de límite de velocidad, el sistema activo por cambio de carril, alerta de aproximación trasera con asistente anti colisiones, etc.

Aunque el exterior no haya crecido en exceso, el aprovechamiento interior si que lo ha hecho de manera sustancial, gracias a que gana 10 mm de batalla (2,58 m) lo que repercute en un mayor hueco para las piernas en la zona trasera. En cuanto al maletero, gana 26 litros alcanzando los 352 litros y colocándose como uno de los más capaces. Abatiendo la segunda fila (60/40) consigue un espacio de 1.165 litros.

Las plazas traseras son bastante amplias y cómodas, no es para viajar tres persona muchas horas, pero si para trayectos cortos.

El propulsor de esta versión de prueba es sin duda la mayor novedad (sin menospreciar al deportivo i20 N de 204 cv) ya que cuenta con microhibridación mediante batería de 48 voltios que le permite lucir la etiqueta medioambiental ECO de la DGT.

Se tarta del motor tricilíndrico turboalimentado 1.0 T-GDI asociado a la caja de cambio automática DCT de siete relaciones y que desarrolla 120 CV.

Este motor empuja con contundencia y los 200 Nm de par que genera unidos a esos 120 CV son más que suficientes para mover con solvencia un conjunto que no supera los 1.200 kilos. Un bloque que, además, es super refinado pues apenas emite vibraciones ni suena en exceso. La transmisión automática permite hacer un uso secuencial de la misma aunque sin levas en el volante, pero la verdad se muestra algo lenta.

La única pega del cambio es que no es tan rápida cómo nos gustaría y si somos suaves pisando el acelerador le cuesta de reaccionar, precisa un fuerte pisotón a la hora de acelerar o recuperar velocidad, cosa que choca frontalmente con su vocación ecológica.

Disponemos de tres modos de conducción Eco, Comfort y Sport, que modifican la respuesta del motor y la dureza de la dirección. Con el Eco podemos casi hacerlo todo, el Normal nosotros casi no lo hemos usado porqué con el primero ya era suficiente. En cambio el Modo Sport si que saca la quintaesencia del motor y lo vuelve casi deportivo, con unas aceleraciones destacables.

Las prestaciones están bastante bien, con 10,3 segundos pasando de 0 a 100 Km/h y una punta de 190 Km/h.

El consumo de la unidad de pruebas ha sido muy bueno a la altura de sus competidores japoneses, tan solo 5,3 litros a los 100 kilómetros.

En movimiento destaca el aplomo conseguido por Hyundai, con una calidad de rodadura excelente y una gran agilidad. La dirección es bastante precisa mientras que su suspensión filtra a la perfección cualquier irregularidad del terreno.

No es un coche deportivo a pesar de su imagen, ya que la suave suspensión hace que la carrocería balancee en zonas reviradas.

Valoración Final.

Con este i20, Hyundai da un golpe encima de la mesa, reclamando un puesto entre los mejores urbanos de la actualidad, uniendo tecnología, diseño y calidad. Su precio es algo más alto que sus competidores, 26.555 euros, pero va más equipado. Es un vehículo que sorprende por lo bien que va y lo bien acabado que está, no os defraudará.