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Probamos el MINI Clubman Cooper SD

Probamos el MINI Clubman Cooper SD

El MINI Clubman es una de las versiones más carismáticas pero menos conocidas del utilitario inglés, una versión “familiar” del afamado Mini.

Nosotros nunca habíamos probado este peculiar acabado del Mini y hemos empezado por la versión más jugosa, el SD, con un motor diésel deportivo y un equipamiento de primera, pero la esencia es la misma y debo decir que me ha sorprendido y enamorado, empezando por sus dos puertas del maletero pero también por lo bien aprovechado que está el interior.

Respecto al MINI cinco puertas, esta carrocería Clubman es mucho más polivalente que la de cinco puertas. Los 27 cm más de los que dispone el Clubman con respecto al cinco puertas, son los que le permiten disponer de ese diseño típico de station wagon, con mucho más maletero y espacio aprovechable.

Sus 4,26 metros de largo por 1,80 m de ancho, similar a un compacto, pero con un diseño atractivo y único.

Esta nueva generación del Clubman cambia la media puerta suicida lateral de la anterior generación por dos grandes puertas tradicionales y que dan acceso a unas plazas traseras con mucho más espacio para las piernas que en el cinco puertas.

El Clubman dónde destaca es en habitabilidad, eso sí para cuatro plazas ya que la plaza trasera central es muy corta y muy estrecha.

Delante no es excesivamente ancho, pero es cómodo y todo está muy a mano, los asientos semibaquets de esta versión son perfectos y cuentan con todos los ajustes posibles e imaginables, se puede incluso variar la longitud de la banqueta. Es muy fácil encontrar la posición de conducción ideal.

El salpicadero tiene un diseño muy personal con la personalidad de MINI, con una pantalla multimedia central en un marco circular, la mayoría de botones tipo aviación y, detrás del volante, un pequeño velocímetro circular con un cuentarrevoluciones a un lado y el nivel de carburante al otro. Nuestra unidad de prueba contaba, además, con un head-up display muy útil.

La calidad percibida y los materiales empleados en el interior es muy buena, con ajustes de calidad y un ambiente único.

En cuanto al volumen del maletero, con 360 litros no va mal servido.

En movimiento es una maravilla, tanto este Clubman cómo el Countryman son una gozada, cuenta con unas suspensiones diferentes con respecto a los modelos tres y cinco puertas, pero además la unidad de pruebas montaba amortiguadores adaptativos que varían la firmeza de las suspensiones.

Y aunque el Clubman quiere conquistar el público de los compactos, la realidad es que sigue siendo muy MINI en su comportamiento. Es decir, es un coche en el que la parte dinámica prima sobre el confort, aunque también sabe mostrarse suave, si optamos por el modo Comfort de las suspensiones.

Con la amortiguación en su modo más suave, se puede uno plantear largos viajes sin que resulte incómodo. Aun así, el que mejor disfrutará del MINI será el conductor. El tren delantero es muy reactivo, con una dirección precisa y muy rápida, muy directa. Es típicamente MINI. Gracias a una distancia entre ejes más larga con respecto a los otros MINI, es más estable, no tan nervioso. La tracción integral nos permite pasos por curva rapidísimos y con un elevado nivel de seguridad y confianza.

En zonas de curvas, el coche gira prácticamente en plano. No hay balanceo ni barqueo con un agarre en curva soberbio.

Su tamaño no penaliza en ciudad, dónde nos encontraremos cómodos y sobretodo tendremos una agilidad y capacidad de maniobra muy buenas.

Otro punto destacable de esta versión es el motor diésel, un 4 cilindros 2.0 litros turbo de 190 CV a 4.000 rpm y 400 Nm desde 1.750 rpm hasta 2.500 rpm asociado a un cambio automático de 8 relaciones y tracción integral All4.

La insonorización se ha trabajado a fondo para disminuir el ruido del motor en el habitáculo y se ha conseguido un buen aislamiento sonoro.

Sus prestaciones son muy buenas pasando de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y acelera de 80 a 120 km/h en 6 segundos y con una velocidad máxima de 225 km/h.

El cambio automático es suave, rápido y con una gestión de cambio acertada.

El consumo se ha mantenido en unos excelentes 4,6 litros a los 100 kilómetros, haciendo sobretodo carretera, pero rodando moviditos y disfrutando del coche.

Valoración Final

Es un coche para disfrutar, un compacto premium que nos ha gustado en marcha y por estética, pero esto se paga y los 43.100 euros son el peaje para el disfrute, no nos parece abusivo. Este es sin duda uno de los coche más divertidos que hemos conducido, pero también económicos, si os encaja os enamorará.