Probamos el nuevo BMW X6 xDrive 30d
BMW lanzó recientemente la tercera generación del BMW X6, un SUV muy carismático y atractivo que ahora es más de todo.
Cuando ves el nuevo BMW X6, lo primero que nos llama la atención es que no es tan grandote como los X6 previos, aunque es grande con 4,94 metros de longitud, 2 metros de anchura y 1,69 metros de altura. Si lo comparamos con el X6 anterior vemos que el nuevo X6 es algo más largo y ancho y ligeramente más bajo. Además, su batalla también ha crecido.
Respecto al BMW X5, modelo del que deriva vemos que la única medida que cambia es la altura, ya que el X6 es unos cinco centímetros más bajo. El resto de cotas, se mantienen intactas.
En su diseño exterior lo que más llama la atención es la descomunal parrilla delantera. Además, no solo tiene un gran tamaño, también se puede iluminar de forma opcional. Esta parrilla, además, está bien acompañada a ambos lados por unos grupos ópticos que son de led y opcionalmente pueden ser de láser.
Las llantas pueden ser de hasta 22 pulgadas, que ofrecen una imagen brutal, pero nos da miedo preguntar por el precio de cada neumático…
En cuanto al maletero no varía su capacidad respecto al anterior X6. Ofrece 580 litros, una cifra que aunque es algo inferior a sus competidores, no está nada mal. Sus enemigos en el mercado son el Audi Q8, el Mercedes-Benz GLE Coupé o el Porsche Cayenne Coupé. Respecto a todos ellos, el X6 es bastante más corto.
De puertas adentro, las plazas delanteras ofrecen una excelente habitabilidad, sobretodo una excepcional anchura.
Detrás también es amplio y sobretodo confortable, aunque la pega viene en la justa altura.
En el interior, también nos llaman la atención algunos elementos: la palanca de cambios acabada en vidrio y el salpicadero con una pantalla de 12,3 pulgadas e instrumentación digital.
El equipamiento es de puro lujo, con una lista interminable de opcionales.
La versión probada fue la xDrive 30d con 265 CV y cambio Steptronic de ocho marchas, sin duda la más equilibrada de la gama ya que su motor empuja con contundencia, desde abajo y se puede estirar bastante. El cambio automático presenta un sobresaliente funcionamiento, ya que actúa con rapidez y casi sin que nos percatemos.
En cuanto al consumo, no es de utilitario pero dejar la media en tan solo 8,1 litros a los 100 kilómetros, nos parece una buena cifra, teniendo en cuenta que hicimos más de 1.000 km y varios puertos de montaña a ritmo movidito..
Las prestaciones son excelentes, con una velocidad punta de 230 Km/h y una rapidísima aceleración de 0 a 100 Km/h de 6,5 segundos, también las recuperaciones son brutales.
Su comportamiento es seguramente dónde hemos visto el mayor avance respecto al anterior X6, ya que a pesar de sus 2,2 toneladas de peso y casi cinco metros de longitud, es bastante ágil y permite divertirse en zonas viradas, sin arriesgar la vida por supuesto. En zonas de curvas el trabajo de la suspensión es sobresaliente con la ayuda del evolucionado sistema de tracción total xDrive.
En ciudad es dónde nos sobra coche, vamos cómodos y aislados del mundanal ruido, pero es algo torpe y le falta visibilidad.
En autopista es fuera de lo común, rápido, silencioso y estable, es perfecto para grandes viajes..
La suspensión de serie está compuesta por amortiguadores de dureza variable y de manera opcional se puede equipar un sistema más deportivo con barras estabilizadoras activas y otro neumático que busca primar el confort de rodadura. También puede contar de manera opcional con dirección activa en el eje trasero, lo que nos regala un radio de giro más ajustado y una mayor precisión de la dirección a altas velocidades, este sistema se asocia siempre con la suspensión de barras estabilizadoras activas.
Valoración Final
El nuevo BMW X6 es un coche que gusta por dentro, por fuera y al volante, si tienes un presupuesto de 83.000 euros, te llevarás un grandísimo coche.