Prueba del Mini Cooper Cabrio

Los modelos descapotables, antaño fueron muy populares y la oferta era muy amplia, a día de hoy nuestro visitante, nos atreveríamos a decir que es el más accesible del mercado Español en la actualidad, ya que el resto de modelos cabrio, descapotables o cómo les llamemos pertenecen a marcas premium y tiene un tamaño mayor (con esto no decimos que Mini no sea premium, que sí lo es)
Mini sigue teniendo en su versión sin techo un modelo rentable y por eso sigue apostando por él.
A día de hoy es el único Mini que no tiene versión electrificada y solo se basa en motores 100% térmicos.
La nueva generación del Mini Cooper Cabrio sustituye a la anterior versión, comercializada entre 2015 y 2023. Constituye la cuarta generación del Mini Cabrio desde la adquisición de la marca inglesa por parte de BMW. A diferencia del nuevo Mini Cooper Electric, el Mini Cooper Convertible está “Made in UK” y se produce en la histórica sede de la marca en Oxford.
El Mini convertible no es un modelo tan nicho como parece, ya que representa unas ventas totales de dos dígitos para la marca británica. ¡Es el descapotable de 4 plazas más vendido del mundo!
El nuevo Mini Cooper Cabrio mantiene sus dimensiones muy compactas y ahora mide hasta 3,9 metros (solo 16 mm más que la versión anterior). Su altura y anchura varían en las mismas (pequeñas) proporciones. Como es habitual en Mini, las posibilidades de personalización son amplias, con 12 colores de carrocería, 7 diseños de llantas, 5 opciones de tapizado, etc. La capota de lona con la bandera de la Unión Jack está disponible como opción.
Su diseño se basa en el del nuevo Mini Cooper Electric, con sus típicos faros delanteros (tienen una firma luminosa personalizable) y su parrilla octogonal.
El nuevo Mini Cooper Convertible incluye manetas de las puertas que no están enrasadas (Si en su hermano eléctrico), y sobre todo el diseño de los pilotos traseros. Aunque su firma luminosa es nueva, conservan la forma de la generación anterior, mientras que el Mini Cooper Electric tiene un diseño triangular.
Esto ha permitido a Mini conservar la apertura del maletero trasero (hacia atrás), típica del modelo, que soporta una carga de 80 kg. El volumen del maletero varía entre 215 litros (techo cerrado) y 160 litros (techo abierto). Aunque la boca de acceso sigue siendo pequeña.
El Mini Cooper Convertible cuenta con una capota blanda totalmente eléctrica. Se despliega en tan solo 20 segundos (y se pliega en 18), operaciones que pueden hacerse a una velocidad de hasta 30 km/h. Se puede plegar parcialmente hacia atrás, como un «techo solar», con una apertura de hasta 40 cm.
En nuestro caso solo pudimos abrir la capota para las fotos, ya que disfrutamos de una semana pasada por agua con 7 días de 7 lloviendo. Eso sí nos sirvió para comprobar la estanquidad del sistema y también que sigue teniendo un aislamiento térmico y acústico justo.
Un interior completamente actualizado
Con el mismo tablero que el Mini Cooper Electric, el Mini Cooper Cabrio adopta el nuevo entorno digital de este último. Equipa una magnífica pantalla redonda de 24 cm de diámetro con tecnología OLED que ofrece negros profundos y una resolución impecable.
Destaca el uso de la realidad aumentada para la navegación, y la muy buena resolución de la cámara de 360 grados, muy práctica a la hora de estacionar, ya que la visión lateral y trasera es mala. Han desaparecido los típicos interruptores de las generaciones anteriores que han sido sustituidos por botones físicos (en modo de acceso directo), justo debajo del pequeño selector de velocidad. Debajo, Mini ha colocado una gran superficie de carga por inducción, en modo vertical (una correa mantiene el teléfono en su sitio).
El Head-Up Display compensa eficazmente la pérdida del pequeño panel digital, que estaba situado encima del volante. Por otro lado, en cuanto a materiales hay un predominio de plásticos duros (entendemos que son más sufridos al aire libre). Las grandes inserciones de tela (que también están retroiluminadas) ayudan a compensar parcialmente este inconveniente, incluso si el tejido de los paneles de las puertas es demasiado áspero para nuestro gusto.
Vamos sentados muy cerca del suelo, los asientos son amplios y envolventes pero no cómodos. Detrás está más pensado para niños que para adultos y el confort y espacio son limitados.
La gama del Mini Cooper Cabrio está compuesta por tres versiones, todas ellas 100% térmicas, y que cuentan con el mismo motor 4 cilindros 2.0 L “TwinPower Turbo”, en diferentes configuraciones/potencias 163 CV, 204 CV y 231 CV del John Cooper Works.
Solo está disponible una excelente caja de cambios de doble embrague y 7 velocidades.
Nosotros probamos la versión más básica, que con más de 160 caballos ya corre mucho y mueve al ligero y pequeño Mini de maravilla. Sus prestaciones son muy buenas, pasando de 0 a 100 Km/h en 8,8 segundos y con una velocidad máxima de 206 Km/h.
El consumo medio durante el test fue de unos excelentes 5,8 litros a los 100 kilómetros, cifra que baja en conducción por autopista.
En una época en la que se suceden leyes que hacen todo lo posible para eliminar los coches «divertidos», ponerse al volante de este Mini Cooper Cabrio nos hace retroceder a épocas dónde los coches se hacían pensando en disfrutar.
Las sensaciones mecánicas están ahí, con un 2.0 L turbo con una excelente respuesta, y que nos recompensa con un sonido deportivo. Muy conocida en el grupo BMW, la combinación de motor de 7 velocidades y transmisión automática sigue brillando con su tacto muy agradable, tanto si se conduce «con par» como de forma más enérgica. La caja de cambios responde perfectamente a las peticiones y sabe ser proactiva en una conducción intensa, reduciendo las marchas con acierto.
Estas excelentes impresiones no se ven estropeadas por el chasis, al contrario. Este nuevo Mini Cooper Convertible se basa en una evolución de la plataforma de la generación anterior, con nuevos refuerzos para una mayor rigidez y también nuevos muelles, entre otras cosas. La famosa «sensación de kart» que dio reputación a la marca es más relevante que nunca, con una agilidad proverbial y un balanceo de carrocería mínimo. No sentimos el peso extra de 95 kg respecto a la versión de 3 puertas, ni la pérdida de un techo “duro” en cuanto a la rigidez del conjunto. Por otro lado, la legendaria firmeza de las suspensiones del Mini sigue ahí, lo que penaliza en asfaltos en mal estado y mis odiados resaltes de las ciudades.
El Mini Cooper Cabrio, de tracción delantera pura, no dispone de diferencial de deslizamiento limitado y, en favor de una distribución electrónica del par. Lógicamente, se nota un ligero feedback de par en el volante durante las mayores aceleraciones (sobre todo cuando la superficie de la carretera está deformada), pero no llega a ser brusco.
En ciudad es un juguete, muy ágil y solo la visibilidad es mala.
En autopista va muy fino, eso sí es ruidoso e incómodo, en cambio, en carreteras reviradas esto se te olvida y disfrutarás cómo un tonto.
Valoración Final.
No es un coche para cualquiera, es divertido y va muy bien, pero es pequeño, duro de suspensiones y su maletero es testimonial, pero enamora y sin duda a muchos no les importarán los defectos, ya que las bondades son enormes. Su precio parte de 35.000 euros, nada mal para un coche tan especial, con amplio equipamiento y calidad elevada.