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Smart Forfour.

El nuevo Forfour de Smart, como sus pequeños hermanos, es ágil y divertido. Pero ahora ha crecido y con cuatro puertas y capacidad para cinco personas es, además, práctico

Respaldado por una acertada campaña de publicidad que incide en su carácter juvenil y desenfadado, lo cierto es que el Forfour da la sensación de ser el primer coche «de verdad» de la marca, después de comercializar los rebautizados Fortwo, con sólo dos plazas, y el minideportivo Roadster, con enormes limitaciones en su uso como único automóvil.

Ahora sí se puede disponer únicamente de un Forfour para afrontar el tráfico urbano y para salir de viaje, porque la combinación de motores alegres como el 1.3, de 95 caballos, con una destacada amplitud interior y una ligereza notable, invita a salir de viaje.

No sólo no oculta que es un Smart, sino que aprovecha los rasgos distintivos, como los pilotos posteriores o la configuración de la carrocería, con una célula de seguridad a la vista, denominada Tridion, que se combina con paneles plásticos en puertas, aletas y capós de colores.

El resultado es una imagen desenfadada, divertida, que exige combinar la célula de seguridad y los «bodypanels» en los mismos colores para aportar algo de seriedad a un coche que, en el interior, traslada el mismo espíritu optimista porque es muy vistoso y amplio.

A cambio, para ser del grupo DaimlerCrhysler, es curioso que cerrar las puertas exija una energía extra, y tampoco se entiende que, ahora que es un «coche de verdad», algunos elementos sean innecesariamente simples, como el cuadro de mandos.

Al igual que en el resto de la marca, se puede configurar el Smart Forfour a la carta, con una enorme lista de opciones para hacer de cada uno un modelo único, pero eso encarece el coche enormemente por algo que, en automóviles de la competencia, viene de serie.

Smart apuesta por diferenciarse en materia de seguridad ofreciendo no sólo un vehículo muy resistente, sino con sistema de estabilidad (ESP) de serie, cosa rara en ese segmento, y aplica las teorías de suspensión aprendidas en el Fortwo, es decir, que el coche es estable pero muy incómodo por la rigidez de la suspensión.

Es verdad que la batalla y la anchura, combinadas con la dureza de la suspensión, dan como resultado un coche muy divertido de conducir en carreteras viradas, pero en el uso diario y urbano es insufrible si se circula por vías bacheadas.

Ofrece el cambio automático-secuencial en opción y, de serie, viene con un cambio manual de cinco velocidades muy fácil de accionar y bien escalonado, con una tercera larga y capaz que facilita mucho las cosas.

Los revestimientos textiles del interior dan luminosidad -y reflejos- pero también impiden insonorizar debidamente al Forfour, que resulta ruidoso no sólo por eso, sino porque el motor 1.3 invita a ir alto de vueltas.

Es obligado hacer mención de honor en la posición de conducción, que se beneficia del interior amplio, con un sistema en el asiento trasero que permite deslizarlo sobre unas guías, lo que aumenta y disminuye, a la vez, el espacio interior y el maletero, de por sí con unos exiguos 270 litros. Un coche corto y amplio para los pasajeros.

Su ligereza beneficia un consumo contenido con unas buenas prestaciones; si se pueden pagar, los pasajeros se divertirán con las opciones ingeniosas para el interior y, además, es único y atractivo.

Por ello, las consideraciones sobre su precio respecto a sus rivales quedan siempre al límite del capricho.

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