Una sanción que puede salir cara. La penalización que relegó a Max Verstappen en la qualy de Qatar, quitándole la pole, roza lo surrealista y podría convertirse en un verdadero boomerang para la FIA. Fernando Alonso, uno de los grandes defensores del espíritu competitivo, salió en defensa del neerlandés, cuestionando una decisión que abre la puerta a futuros conflictos.

Este tipo de penalizaciones, que parecen más burocráticas que deportivas, sientan un peligroso precedente: en un campeonato tan ajustado como la Fórmula 1, será difícil evitar que los pilotos y equipos no intenten usar estas normas en su beneficio, erosionando la credibilidad del organismo y amenazando la esencia misma de la competición. Tras la carrera explotó todo y Max no se cortó nada en criticar a George Russell y en cómo intentó por activa y por pasiva que sancionaran al holandés.

«Nunca había visto a alguien que intentara perjudicar tanto a otro piloto», aseguró Verstappen sobre el piloto de Mercedes, llegando a decir que le ha perdido todo el respeto. Unas declaraciones que pueden parecer muy duras, pero que son fruto de la frustración de un castigo que parece muy excesivo teniendo en cuenta que el cuatro veces campeón del mundo no perjudico en nada a Russell durante la qualy, ya que ambos estaban en vuelta de calentamiento.

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