En una carrera Sprint que dominó todo el tiempo Lando Norris, el vencedor fue Oscar Piastri, un triunfo regalado por su compañero en el último instante, en agradecimiento por las ayudas que ha recibido en el final de temporada en su lucha infructuosa por ganar el Mundial.

Y sin embargo, Oscar le quitó a su compañero el triunfo en Hungría o en Monza y luego casi desapareció en el final del año, dos maniobras en las que quizá Lando se dejó sus opciones de se campeón. El cambalache final es incomprensible y habla da la voluble, por no decir otra cosa, personalidad de un Norris que sólo hace perder crédito en este final de temporada. Poco carisma y menos hambre, eso por descontado y eso se paga en F1.

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