La casa de Enzo Ferrari en Maranello, anexa al circuito de Fiorano, es todo un símbolo de la Scuderia y visita obligada para muchos periodistas del mundo del motor, pues delante de ellas se realizan multitud de presentaciones de los coches de calle de Ferrari y también de patrocinadores del equipo de F1.

Es un icono del ferrarismo, pues fue la vivienda en la que trabajaba y tenía ‘Il Commendatore’ hasta su muerte en 1988, lugar por el que pasó toda la historia de la marca. En realidad, el fundador de la marca nunca vivió allí, ya que lo hacía en su casa familiar en Módena, que compartía con su mujer Laura Garello y otra en Settecani, que compartía con Lina Lardi, la madre de su segundo hijo, Piero Ferrari.

La casa de la factoria, como se la conoce, mantiene la decoración de los 80, el despacho intacto como él lo dejó a su muerte, en un teléfono gris de la época y un gran cenicero amarillo con el escudo del ‘cavallino’ que se puede adquirir en la tienda oficial de Ferrari enfrente a la entrada de la fábrica de coches de calle. Es casi un museo que ve poca gente al año, casi siempre por invitación del algún sponsor y que MARCA ha podido visitar varias veces.

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