Nuevo asfalto, más DRS, menos pianos, la variante Ascari retocada… y el mismo calor de siempre en Monza (52 grados en pista, 33 en el aire) para los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Italia, dominados por un inspirado Max Verstappen, con Norris evidentemente al acecho, pero con la amenaza persistente de Charles Leclerc y Carlos Sainz, que resume el interés de Ferrari: ganar a toda costa aunque solo sea en casa al emergente McLaren y al exdominador Red Bull de Verstappen, para lo que han traído medio coche nuevo

Once pilotos, más Leclerc que ya llevaba el nuevo en Holanda, estrenan su cuarto motor del año, último sin penalizar, en Monza. Excepto Sainz, que no lo monta por que… vaya usted a saber, pero ya se sabe que le gustan los desafíos, superó con los neumáticos medios a Verstappen con blandos, quedó a 60 milésimas de Norris también con medios y fue mejor que un Leclerc no muy contento con la maniobrabilidad del SF24 con los amarillos.

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