La Fórmula 1 necesitaba un año así. En un deporte donde la dominancia de un solo equipo parecía haberse convertido en la norma, 2024 nos ha regalado una temporada que quedará grabada para siempre en los libros de historia.

No sólo por el tetracampeonato de Max Verstappen, que sigue labrando su leyenda, sino por un hecho sin precedentes que resume a la perfección la espectacular igualdad que hemos presenciado: esta temporada ha sido única en la diversidad de ganadores y en cómo, por primera vez desde hace mucho tiempo, cualquier error, cualquier acierto estratégico, podía cambiarlo todo.

Nunca antes habíamos tenido una parrilla tan competitiva, donde tantas estrellas brillaran con tanta fuerza. El Gran Premio de Las Vegas, con George Russell subiendo a lo más alto del podio por tercera vez en su carrera, no fue solo una victoria más para Mercedes. Fue el broche perfecto para confirmar un hito jamás visto en la historia del deporte: por primera vez, siete pilotos diferentes han conseguido al menos dos victorias en una misma temporada.

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