Toto Wolff, el omnipotente jefe de Mercedes, tuvo claro que tocaba dar un toque de atención a Andrea Kimi Antonelli, su tremenda apuesta cuando el equipo de la estrella perdió a la leyenda Lewis Hamilton. “Decepcionante. No puedes dejar el coche en la grava y esperar que todo vaya bien. No cambia mi confianza en él, pero ha sido decepcionante”, reflexionó tras cerrar la gira europea con sólo un punto en el casillero y el Mercedes empanzado en Monza. Era un mensaje con carga de advertencia para el italiano, que había brillado en algunas citas como Miami o Canadá, pero encadenaba malos resultados que pueden quitar confianza… y el asiento.
El italiano no tuvo otra opción que tomarlo por el lado bueno y buscar un paso más. Coincidió con circuitos nuevos, algo que se le ha dado bien en su temporada de debut, y de golpe ha vuelto una versión reconocible de Antonelli. Fue cuarto en Bakú y solo el ritmo brutal e inteligencia de Carlos Sainz le dejó sin volver al podio. Y sumó un consistente quinto en Singapur, que no fue una victoria como la de Russell, pero no estuvo nada mal. “Pude lograr más. El ritmo estaba bien, le gané la posición a Leclerc y pude controlar los problemas de deslizamiento de las ruedas. Perdí posiciones de inicio y mi carrera fue la de remontar desde ahí”, apuntó el piloto.
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