Probamos el BMW X5 Xdrive 30d
Este nuevo X5 es más grande, más espacioso, más competente fuera del asfalto y más tecnológico que nunca.
El primer X5 data de 1999, pero nada tiene que ver con el actual, lo que no hay que negar que el modelo ha sido un auténtico éxito de ventas con más de 2 millones de unidades vendidas, 40.000 de las cuales en nuestro mercado. La familia X de BMW ha crecido mucho durante estos años, pero el X5 ha sabido mantener su estatus de “jefe”, que perderá sin duda con la llegada del X7, pero hasta ese momento es el BMW más grande y imponente.
Este nuevo BMW X5 crece 35 milímetros más de largo, rozando así los cinco metros de largo con un aumento de la distancia entre ejes, que ahora es 42 milímetros mayor que en la generación precedente, lo cual redunda en un habitáculo más amplio y espacioso.
Sigue siendo un modelo imponente, principalmente por las gigantescas entradas de aire que presiden el frontal, las más grandes jamás montadas en un BMW y que además son activas: se abren para permitir el flujo de aire hacia el motor cuando es necesario, y se cierran en otras ocasiones para optimizar la aerodinámica, consumos y eficiencia.
La línea de los hombros muy marcada dibuja su musculosa y contundente silueta, que fluye hacia la trasera donde encontramos novedades, como las ópticas LED con carcasas tridimensionales y una tapa del maletero que, como marca de la casa, se sigue dividiendo en dos secciones, ahora ambas con accionamiento automático eléctrico.
Una vez dentro el interior rezuma tecnología y calidad, con una gran evolución respecto a su antecesor, con unos acabados y lujo un paso más adelante.
La palanca de cambios es de cristal con una X grabada. Dos pantallas digitales de 12,3″ cada una forman el cuadro de mandos, una de ellas tras el volante,que muestra todo tipo de información y lo hace con unas grafías muy claras y sencillas de comprender, la otra en la zona central del salpicadero, que nos permite controlar todo el sistema de infoentretenimiento.
La climatización no está integrada en dichas pantallas, sino que se sigue controlando por botones, una solución más cómoda que la que han adoptado otros fabricantes que integran los mandos de climatización en las pantallas, lo cual es menos intuitivo.
La consola central que separa ambos asientos delanteros ha ganado presencia y anchura, y ahora encontramos allí botones que tradicionalmente han estado en otras partes del coche, entre ellos el de arrancar el motor.
Las plazas traseras disfrutan de mucho espacio y comodidades, incluso climatización independiente y asientos calefactables.
El maletero cuenta con 650 litros de capacidad con 5 plazas, la versión de 7 plazas tiene algo menos de capacidad.
Del nuevo BMW X5 destaca la mayor superficie acristalada que ha ganado tamaño respecto a la de su antecesor. Además podrás elegir el techo Panorama Sky Lounge, cuya superficie acristalada cuenta con un sistema LED con más de 15.000 patrones gráficos que, dependiendo de la luz, puede hacer que parezca un cielo iluminado por estrellas.
Por supuesto, como siempre en este tipo de coches, el catálogo de accesorios es casi infinito, y podemos equiparlo con muchos elementos desarrollados por BMW Individual para conseguir tener un coche completamente exclusivo y casi único si ningún otro cliente elige las mismas opciones que tú.
Nuestro vehículo de pruebas era el xDrive30d, equipado con el afamado motor diesel de seis cilindros en línea y caja de cambios automática Steptronic de ocho velocidades.
Su propulsor desarrolla 265 CV a 4.000 RPM y un par máximo de 620 Nm entre las 2.000 y 2.500 RPM
Las prestaciones son simplemente deportivas, pasando de 0 – 100 km/h en 6,5 segundos y 230 km/h de velocidad máxima.
El consumo durante nuestro test se situó en unos aceptables 8,1 litros a los 100 kilómetros, lejos del consumo homologado, pero en línea de lo esperado por su potencial y tamaño.
En movimiento el nuevo BMW X5 es que es más capaz que nunca fuera del asfalto, cuenta con un paquete off road opcional con cuatro modos: arena, rocas, grava o nieve. Mediante la suspensión neumática de ambos ejes, con gestión independiente en cada uno de ellos, el nuevo BMW X5 promete una capacidad de vadeo de hasta 50 centímetros de profundidad, protección de las áreas más delicadas de los bajos en la parte delantera y trasera así como unos ángulos de ataque y salida mejores que los de cualquier otro X5 hasta la fecha.
Nosotros pudimos recorrer unos kilómetros sobre nieve y otros sobre barro y piedras, a pesar de los neumáticos deportivos, la tracción fue buena y nos sacó de todos sitios sin problema, eso si sobre la nieve húmeda, los neumáticos nos dieron un par de sustos sin importancia.
El BMW X5 cuenta con conducción semiautónoma. Todo el exterior del coche está equipado con distintos radares, sensores y cámaras, que permiten hacer cosas como que el coche cuando lleva activado el sistema de control de crucero activo, se detenga en situaciones de tráfico denso y vuelva a arrancar por si mismo cuando el tráfico se reemprende, todo ello sin que tengamos que tocar el volante salvo cuando nos lo pide para verificar que seguimos despiertos. También permite hacer cosas como ir por carretera con el control de crucero activo, señalar con luz de intermitencia que queremos adelantar al coche al que nos estamos acercando por nuestro carril, y el coche automáticamente hará la maniobra de cambio de carril y regreso al de origen si la situación del tráfico lo permite.
Por si fuese poco, tiene asistente de dirección y de control de carril y asistente de mantenimiento de carril con protección activa de colisión lateral. También sistema de aparcamiento automático lo hace tanto en batería como en línea sin necesidad de tocar ni volante ni pedales ni caja de cambios.
En carretera hemos palpado una evolución en el comportamiento del X5, siendo más estable y con menos inercias, la dirección es precisa y los frenos sobresalientes. En zonas viradas se comporta cómo si tuviera un tamaño y peso muy inferiores.
En marcha el silencio es increíble, con una insonorización muy cuidada y conseguida, además las suspensiones neumáticas absorben toda irregulidad que encontremos en el asfalto y el eje trasero direccional nos regala un paso por curva muy preciso.
En autopista no hay que decir que es una maravilla, corre, es más que cómodo y permite recorrer miles de kilómetros sin cansancio.
Valoración Final.
El BMW X5 xDrive30d se factura desde 76.000 euros sin contar descuentos ni opcionales, es un precio alto para un coche de altos vuelos, que va de vicio, es muy cómodo y amplio, pero además ofrece una imagen premium al alcance de pocos coche que no cuestan menos. Este es el precio para disfrutar de uno de los coches más tecnológicos y avanzados del momento.
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