Probamos el Mazda CX-30 Skyactiv-X 180 CV
Mazda sigue ampliando su gama y mejorando cada día su calidad y acabados, situándose cerca de las marcas premium alemanas y por encima de las premium niponas, pero manteniendo unos precios contenidos con una de las mejores relaciones calidad/precio.
Este Mazda CX-30 es el tercer integrante de la gama SUV del fabricante japonés, que hoy probamos con el nuevo y revolucionario motor Skyactiv-X de 180 caballos.
Este motor es un propulsor de gasolina que emplea un método de combustión exclusivo denominado Spark Controlled Compression Ignition (SPCCI), o lo que es lo mismo, “encendido por compresión controlado por chispa”. Esta tecnología combina la ignición por chispa tradicional de los motores de gasolina, con el encendido por compresión de los motores diésel. Gracias a una mezcla aire-gasolina muy pobre y una relación de compresión muy alta, se logra una reducción en el consumo, un mayor nivel de potencia y par, y una disminución de las emisiones.
Mazda sigue siendo una de las pocas marcas que sigue apostando por los motores atmosféricos, o sea sin turbo, una filosofía que piensa más en el cliente que en la marca, ya que estos motores, mucho menos complicados y con una fiabilidad a prueba de bombas, dejan poco dinero en los talleres, ya que se estropea mucho menos que los equipados con turbo.
La única novedad de este novedoso motor es la inclusión de un pequeño supercargador que comprime el aire del motor, mientras que, en el modo de encendido por chispa, el supercargador se desconecta y el motor actúa como un propulsor atmosférico.
Este peculiar motor de gasolina cubica 2 litros con una potencia de 180 CV disponibles a 6.000 rpm y un par motor de 224 Nm a 3.000 rpm.
El Skyactiv-X se caracteriza por un funcionamiento silencioso y ausente de vibraciones pero con una buena cifra de potencia y par.
Asociado al cambio manual de seis velocidades (también está disponible con cambio automático de seis relaciones) de suave y preciso funcionamiento, sorprende la linealidad de funcionamiento del propulsor, sin los altibajos típicos de los motores atmosféricos.
A diferencia del motor Skyactiv-G de 122 CV, que se siente algo más perezoso a bajas revoluciones, el Skyactiv-X es más nervioso, recupera con más decisión y es más utilizable a bajas revoluciones.
El par máximo se sitúa a tan solo 3.000 rpm, lo que hace que sea fácil moverse en marchas largas, con el consecuente ahorro en combustible.
El consumo es realmente muy bajo por el potencial del motor, ya que en conducción normal fue sencillo bajar de los 6 litros a los 100 kilómetros.
Las prestaciones son buenas, aunque aquí si que un turbo de potencia similar las mejoraría (a cambio de un consumo bastante superior), necesitando 8,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y una velocidad máxima de 204 km/h.
El Skyactiv-X es además una motorización micro-híbrida, ya que emplea un sistema de hibridación ligero, compacto y eficiente, que utiliza un generador reversible integrado (ISG), accionado por una correa y una batería de ion litio de 24 V. Esta tecnología aporta un ahorro adicional de combustible a través del reciclaje de la energía recuperada durante la deceleración, que se emplea para alimentar el ISG, funcionando como un motor eléctrico, que asiste al motor principal. A su vez, proporciona un tacto de conducción más refinado, ya que permite al sistema aportar asistencia a la propulsión y ayuda al motor a volver a arrancar más rápido y silenciosamente después de que lo haya parado el i-Stop.
El interior está perfectamente acabado, con materiales de calidad y ajustes perfectos, el diseño es algo menos trabajado que el exterior, pero es acogedor y sobretodo disponemos de todo un equipamiento digno de una categoría superior.
El espacio interior es bueno, siempre teniendo en cuenta el tamaño del CX-30, casi 4,4 metros, similar a un compacto, pero se ha trabajado en conseguir un confort elevado tanto para el conductor cómo para los pasajeros.
En cuanto a seguridad encontramos de serie elementos como el control de ángulo muerto, el avisador de cambio involuntario de carril, el detector de fatiga, el lector de señales de tráfico, el detector de peatones o el airbag de rodilla para el conductor.
El maletero, de 430 litros, es espacioso, con un buen acceso y formas cuadradas.
El nuevo Mazda CX-30 cuenta con una pantalla central de 8,8 pulgadas. Se maneja fácilmente con el mando HMI y dispone de un nuevo sistema de guiado intuitivo que facilita el uso del mando. El sistema MZD Connect instalado en el nuevo Mazda CX-30 es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, que se conectan por USB con la interfaz hombre-máquina (HMI) del sistema.
El equipo de sonido de serie dispone de ocho altavoces suena de maravilla y sumado a la excelente insonorización del habitáculo, la calidad sonora es digna de mención.
En movimiento es un coche seguro, cómodo y fácil de llevar, con una suspensión de tarado medio pensado en buscar el equilibrio entre confort y efectividad y la verdad es que se ha conseguido, ya que se puede disfrutar al volante del CX-30 sin tener que ir al fisioterapeuta tras un largo viaje,
No es un coche deportivo, pero no va nada mal, ya que es difícil de llegar a sus límites, y cuando lo hacemos se comporta con nobleza.
En ciudad es una maravilla, por la insonorización, por lo suave del funcionamiento de volante, frenos,.. es un coche que se mueve con soltura y maniobra muy bien.
En autopista tiene un notable aplomo parece un coche mayor, será un gran compañero de viaje.
Valoración Final
Desde 29.975 euros tenemos un coche de excelente factura, motor suave, comportamiento intachable y una fiabilidad y acabados de primera, si os encaja no lo dudéis.