Probamos el Peugeot 208 1.2 PureTech 130 CV EAT8
Peugeot sigue con su revolución de gama con modelos cada vez más tecnológicos y agresivos, que derrochan personalidad por los cuatro costados, así es el nuevo 208, un modelo que seguro veremos mucho por nuestras carreteras y ciudades.
Peugeot es a día hoy la única marca que busca ser diferente en todo, cómo en su momento fue su hermana Citroën, pero en este caso buscando el segmento Premium.
Cómo ya hemos comentado en cuanto a personalidad este 208 va sobrado, pero también en tecnología y el resto de apartados rozan a gran altura, consiguiendo un buen equilibrio global.
De puertas adentro sobresale el gran trabajo de diseño y ergonomía conseguido, con un enorme equipamiento de confort o digitalización, donde sus máximos exponentes son elementos como la pantalla táctil opcional de 10 pulgadas y el futurista cuadro de relojes bautizado cómo i-Cockpit 3D con proyección de información que emula un holograma, de buena lectura y varias posibilidades de personalización.
Hemos leído varias críticas de esta nueva disposición del cuadro de relojes, y si, dependiendo de cómo pones el volante y la altura del asiento, puede impedir ver bien su información, pero no es más incómodo que uno de tradicional y tiene la ventaja que que tenemos que apartar menos la vista del asfalto.
Los asientos cómo es habitual en PSA, son cómodos y recogen bien nuestra espalda, en este caso no son tan blandurrios cómo en otros modelos, lo que con el paso de los kilómetros agradeceremos.
La habitabilidad interior es algo que no se ha priorizado, y se nota, más detrás que delante, pero no sobra espacio en general, aunque nada que no pase en otros modelos de la competéncia.
El maletero con 265 litros es justo, otra cualidad dónde pocos modelos de otras marcas tampoco destacan.
El tema es que una vez puestos al volante y en movimiento, la falta de espacio interior se nos olvida, ya que este Peugeot va francamente muy bien, similar a un Audi A1 o un Mini, y eso es ir muy bien, eso si, el confort que estos te ofrecen queda en segundo plano, buscando la eficacia, es un coche de corte deportivo, cómo ya lo fueron su abuelo el 205 Gti.
En autopista es un coche rápido y aplomado, aunque con el paso de los kilómetros, la sequedad de la suspensión nos cansará.
En carreteras secundarias es muy ágil y divertido, con un comportamiento muy sólido y que permite un ritmo mucho mayor del que su pequeño motor de 130 caballos consigue.
En ciudad triunfa por tamaño, es perfecto para callejear y estacionar, aunque la visibilidad es algo
justa.
El motor pone la guinda a un pastel muy especial, ya que el propulsor1.2 PureTech ofrece un rendimiento fabuloso y más si se asocia con el delicioso cambio automático EAT8. Que consigue sacar la quintaesencia del motor, más que en el caso de la caja manual.
Su prestaciones son excelentes, pasando de 0 a 100 Km/h en sólo 8,7 segundos, una punta de 208 Km/h y unas recuperaciones fulgurantes.
Este motor tricilindrico de tan solo 1,2 litros animado por turbo desarrolla 131 buenos caballos y un par de 230 Nm, más que suficiente para mover con soltura las 1,2 toneladas del 208.
En cuanto al consumo, nada mal, conseguimos una media de 5,6 litros a los 100 kilómetros, pero si vas a velocidad constante por carretera, es posible bajar de los 5 litros, un auténtico mechero.
La dirección es directa y precisa y los frenos potentes y dosificables.
Valoración Final
Nos ha enamorado desde fuera, desde dentro y en movimiento, su precio desde 17.800 hay que reconocer que es alto, pero nos llevamos a cambio un gran coche polivalente, divertido y pintón, durante los días que lo hemos conducido mucha gente ha venido a verlo, es muy atractivo, gusta y va bien, se puede pedir más?
- Peugeot 208
- Peugeot
- Pruebas Coches
- Prueba a Fondo
- Pruebas Peugeot