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Probamos el Skoda Spaceback Montecarlo 1.0 TSI DSG

El compacto de Skoda que hoy pasa por nuestras manos es de los modelos que ofrecen más confort y espacio del mercado, pero en cambio no tiene su merecido espacio en las listas de ventas.

Con el acabado Montecarlo que hoy probamos, el Spaceback es mucho más atractivo que en sus versiones básicas, pero también destaca por el completo equipamiento y el buen acabado.

Su precio de venta es de derribo, no comparable al de un Dacia Sandero, pero en ningún caso son comparables, ya que el modelo rumano es peor en todo.

El Spaceback ofrece una habitabilidad al nivel de las mejores berlinas del mercado. Comparte plataforma con el Rapid –y su primo el Seat Toledo– garantiza unas plazas traseras con cotas dignas de un Jugador de Baloncesto.

Los asientos tanto delanteros cómo traseros son cómodos y recogen bien el cuerpo, no para realizar una conducción deportiva, pero si para que no acabar con el típico dolor de espalda que nos causan los asientos blandos sin ningún tipo de sujección lateral. Detrás caben tres adultos apretaditos, mejor viajarán dos, por anchura.

El maletero es otro de los puntos fuertes de este Skoda, pues ofrece 415 litros, más que suficiente para una familia estándar, ya que permite meter desde el cochecito del bebé a varias maletas de viaje.

La presentación del salpicadero es sobria, cómo en todos los modelos de la marca checa, pero los materiales y acabados dan la sensación de durar sin problemas. La pantalla central LCD táctil, es fácil de usar y ofrece una buena información. Resaltar la potencia del climatizador, que en este tipo de coches se suele quedar corto y en nuestro caso, rodando a temperaturas muy por encima de 30 grados, se portó cómo un campeón.

Respecto al propulsor 1.0 TSI de 95 caballos, cumple bien su cometido, aunque en algunas situaciones, se le nota falto de poténcia, sobretodo a ritmos legales en carretera o autopista, dónde hay que apretar más el acelerador para intentar mantener la velocidad (alguna vez no es posible)

A pesar de tratarse de un motor cilíndrico, las vibraciones son contenidas, al igual que el ruido mecánico.

El consumo de carburante depende mucho del uso, en carretera a velocidad constante, nos vamos a los 6, 6,5 litros a los 100 kilómetros, en autopista, cuesta bajar de 7 y en ciudad también.

La caja de cambios automática de doble embrague DSG, enmascara algo la falta de potencia gracias a sus rápidos cambios de marcha, eso si en cuestas y a baja velocidad le cuesta reaccionar.

En marcha es un coche cómodo pero que también se sujeta bastante bien, no tiene el dinamismo de un León, pero tampoco su precio, y ofrece un andar urbano más confortable, filtrando las irregularidades del asfalto.

En Autopista es un buen compañero de viaje, tranquilo pero bastante silencioso y suave de suspensión, lo que a la larga agradeceremos en tiradas largas.

En carreteras reviradas transmite seguridad y su dirección es bastante precisa, los frenos también cumplen, el límite en esta versión lo pone el motor, algo justo para buscar los límites del coche.

Valoración Final

Por 15.680 euros nos llevamos un coche muy polivalente, equipado y capaz, perfecto para un uso total, que si os encaja os sorprenderá por habitabilidad y suavidad.

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