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Probamos el Skoda Karoq 1.0 TSI 115 CV DSG

La entrada de Skoda en el segmento de los SUV ha sido de todo menos tímida, cierto es que el Yeti fue su primera toma de contacto, pero ahora con el Karoq y el Kodiaq, sus armas están a la altura de los mejores.

Primo del SEAT Ateca, tiene todas las armas de la marca checa para luchar por un buen lugar en las listas de ventas, incluso una ámplia gama de motorizaciones, que inicia en el pequeño motor gasolina de un litro que hoy nos ocupa.

Este Karoq es sobre el papel una reducción del Kodiaq. No en vano, hasta el diseño es muy parecido. Delante, solo cambian ligeramente la forma de los faros principales y de los antiniebla, mientras que en la zaga los rasgos diferenciadores son más acusados, pues el Karoq emplea unos grupos ópticos (LED) y el paragolpes trasero está completamente rediseñado.

El Karoq, con sus 4,38 metros, viene a competir con los gallos del segmento SUV Nissan Qashqai, Hyundai Tucson, SEAT Ateca, KIA Sportage, Ford Kuga…

De puertas adentro es también muy similar a su hermano mayor, realizado con buenos materiales y ajustes. La consola central está presidida por una gran pantalla táctil a la última en conectividad y multimedia.

Pero el elemento más novedoso es el cuadro de instrumentos, ya que es el primer Skoda en montar uno digital de 12,3 pulgadas.

La Habitabilidad interna es muy parecida a la del Kodiaq, excepto que no puede tener una configuración interna para siete asientos. Es amplio y muy espacioso, cómodo y con sensación de calidad.

Este Karoq puede ofrecer dos tipos de plazas traseras. Una tradicional segmentada en una proporción 60/40, que redunda en un maletero que va de los 521 litros con la fila desplegada a los 1.630 con ella abatida; y otra denominada VarioFlex. Esta última la ha heredado directamente del Yeti y consta de tres asientos individuales con respaldo reclinable y pueden desplazarse longitudinalmente 15 centímetros, variando así la capacidad del maletero de los 479 a los 588 litros. Estos asientos pueden plegarse sobre sí mismos e, incluso extraerse del habitáculo. De esta forma, el volumen de carga puede llegar a ser de 1.605 litros con la primera opción y llegar hasta los 1.810 litros con la segunda. Simplemente insuperable.

El espacio trasero es grande y sorprende lo cómodos que viajamos.

El propulsor de nueva hornada es el tricilindrico de 1 litro de cilindrada alimentado por turbo que desarrolla unos suficientes 115 caballos y un Par motor de 200 Nm desde 2.000-3.500 rpm.

Es un motor justo para este coche, pero muy voluntarioso aunque encontramos los desarrollos de cambio algo largos y la lógica del cambio muy optimista, matando al motor en muchas situaciones.

Las prestaciones son buenas con una velocidad punta de 187 km/h y pasando de 0 a 100 km/h en solo 10,6 segundos.

El gran damnificado de esta aparente falta de caballaje es el consumo, que cuesta bajarlo de 7 litros.

En marcha prima el confort, pero tampoco os penséis que el Seat Ateca a igualdad de motorización lo dejaría atrás, ya que los ingenieros de Skoda han sabido encontrar un equilibrio entre confort y efectividad, transmitiendo mucha seguridad al volante sin castigar a los ocupantes del vehículo.

Es verdad que la carrocería inclina más cuando pasamos rápido por las curvas cerradas de un puerto de montaña, pero es difícil imprimir un ritmo alto con este propulsor.

En cambio por caminos con el Karoq llegaremos mucho más lejos que con la mayoría de SUV del mercado, ya que las suspensiones filtran muy bien las irregularidades del camino, eso si las ruedas delanteras tienden a patinar, sea culpa de los neumáticos o del poco intrusivo control de tracción.

En Autopista a velocidades legales es un buen compañero de ruta, aunque en las subidas pronunciadas, muchas veces costará mantener el ritmo.

Valoración Final
Esta versión de acceso del Karoq es suficiente para un uso urbano e interurbano con alguna escapada de largo recorrido, no es un vehículo rutero, pero se defiende si hay que hacerlo, su precio de 21.300 euros es un buen precio si tenemos en cuenta el pedazo coche que nos llevamos a cambio, y muy competitivo respecto a sus competidores, ya que pocos tienen alguna versión que ronde este precio. Respecto a si comprar esta versión automática o la manual que es nada menos que 3.000 euros más barata, dependerá de si nuestro uso es más urbano o fuera de la ciudad, en el primer caso sin duda automático, en el segundo caso dudaríamos más y seguramente optaríamos por la versión manual, que a costa de jugar con la palanca del cambio, sin duda será más ágil y divertida. De todos modos el Karoq es un coche muy a tener en cuenta, al igual que su hermano mayor el Kodiaq, con una relación calidad/precio insuperables.

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