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Prueba a fondo Mini Roadster John Cooper Works.

Te imaginas un Kart con el que circular por la calle, que tenga todas las comodidades, incluso techo y que coja 237 km/h?? Pues no lo imagines, es el Mini Roadster John Cooper Works, la mínima expresión de Mini asociada al motor más potente de la gama, una bomba de relojería matriculable.

Prueba a fondo Mini Roadster John Cooper Works

Te imaginas un Kart con el que circular por la calle, que tenga todas las comodidades, incluso techo y que coja 237 km/h?? Pues no lo imagines, es el Mini Roadster John Cooper Works, la mínima expresión de Mini asociada al motor más potente de la gama, una bomba de relojería matriculable.

El Mini Roadster es la versión sin techo del Mini Coupe, el biplaza de la marca anglo-germana. No es un coche ni familiar ni confortable, pero te inscribe una sonrisa en la boca cuando lo conduces y la gente te mira como si estuvieras al volante de un Lamborghini.

El Roadster tiene la imagen inconfundible de la marca pero con un look deportivo y agresivo, en este caso acrecentado por el acabado John Cooper Works, con sus enormes llantas, aditamentos aerodinámicos, alerón,..

Gama
El Roadster solo está disponible con motores gasolina de 122, 184 y 211 cv y diesel de 143cv, siempre en tracción delantera.

Motor
El John Cooper Works es el modelo más potente del momento, con el increíble motor 1,6 litros turboalimentado de 211 caballos, unidos a un cambio deportivo de 6 relaciones, que lo hacen increíblemente prestacional y divertido.

Las prestaciones son excelentes, con una punta de 237 Km/h y pasando de 0 a 100 Km/h en tan solo 6,5 segundos, una pasada!!!

En cuanto a consumo, depende y mucho, de nuestro pie derecho, porqué podemos pasar de unos 7 litros en conducción relajada a unos 12-13 litros en conducción al ataque, pero bueno, las sensaciones que nos aporta los valen, sin duda.

El funcionamiento general es tirando a deportivo, aunque se conduce bien a ritmos tranquilos, la verdad es que pide guerra y responde cuando se la damos.

Interior
El interior se puede resumir en lujo y equipamiento a tope, espacio justo y confort justo.

El tablier es calcado a sus hermanos de marca, caótico y bonito, de calidad pero sin ergonomía, tenemos que hacer un curso para encontrar los botones para hacer cualquier cosa, pero una vez habituados, incluso el complicado navegador, se consigue manejar con cierta rapidez.

Las plazas delanteras y únicas del coche se caracterizas por su posición baja y un acceso malo, una vez sentados son cómodos y disponen de buenas regulaciones, eso si en circulación y gracias a la seca amortiguación las irregularidades del asfalto llegarán a nuestras posaderas nítidamente.

El maletero con 240 litros tiene un acceso bastante pequeño y es muy justo para el equipaje cuando viajemos.

Comportamiento
Este es su punto fuerte, es un auténtico Kart de carretera, sencillo de conducir, incluso al límite, es muy ágil y divertidísimo, la suspensión es dura y por tanto no inclina un ápice, y sus buenos asientos recogen nuestro cuerpo en las curvas, meciendo nuestra cabeza y sobretodo la del copiloto. En zonas de curvas rezamos para que nunca se acaben.

En autopista y pese a una dirección muy directa, la verdad es que se comporta muy bien y permite circular con rapidez y seguridad.

La ciudad pese a su tamaño no es su espacio preferido, ya que no disfruta de una buena visibilidad, hay que mimar el acelerador para no comernos al coche de delante y las suspensiones duras lo hacen incómodo en los innombrables badenes que hay en nuestras ciudades y poblaciones.

Valoración Final
Es un juguete para niños grandes, adictivo y atractivo, caro (34.700 euros) y poco útil, pero sin duda seremos la envidia de más de un vecino.

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