Prueba a fondo Opel Astra OPC 2.0 Turbo 280 CV.
Opel lleva ya unos años apellidando OPC a sus realizaciones más cañeras, herederos directos de los GSi, estos modelos se distinguen por su inconfundible estética Racing, con alerones, faldones y llantas de grandes dimensiones y su calor azul eléctrico
A pesar de los precios de los carburantes, seguros y sobretodo la omnipresencia de radares, las marcas siguen sacando vehÃculos cada vez más potentes, veloces y eficaces. Hoy pasa por nuestras manos el nuevo Astra OPC, que con 280 caballos se convierte en uno de los compactos más deportivos del mercado, pero al mismo tiempo de los más asequibles, ya que por poco más de treinta mil euros nos llevamos un auténtico purasangre equipado hasta las cejas.
Opel no tiene la tradición deportiva de otras marcas, pero esto no le resta capacidad para fabricar modelos que sobre una base de calidad como la del actual Astra, pueden ser objetos de deseo de los más quemados.
Como ya hemos resaltado este Astra OPC es de todo menos discreto, pero sin llegar a parecer un coche de Tunning, todo está estudiado para ofrecer un equilibrio entre deportividad e imagen.
Gama
El Astra está disponible en cuatro tipos de carrocerÃa, tres puertas, 4 puertas, 5 puertas y familiar, con una oferta de motores desde 95 a 195 cv en Diesel y de 115 a 280 cv en Gasolina, con varios acabados disponibles y un equipamiento a la última en tecnologÃa y seguridad.
Motor
Este propulsor es fruto de añadir un turbo a un bloque de 2 litros de inyección directa, un motor moderno y muy lineal que se adapta muy bien a las necesidades de una conducción deportiva, por su entrega constante de potencia.
El consumo es algo elevado pero es que se trata de un motor de 280 caballos y 400 Nm de par y por lo tanto era de esperar el consumo que obtuvimos en nuestro test de 11,2 litros a los 100 Km, incluyendo un trozo a tope.
En cuanto a prestaciones, la verdad es que no hay queja, tanto con la tecla OPC pulsada (modifica las suspensiones, respuesta del motor y controles de tracción y estabilidad para una conducción decidida) como sin ella, es muy rápido, radical y divertido, no en vano, coge 250 km/h y pasa de 0 a 100 km/h en 6 segundos.
La única queja son las pérdidas de tracción que experimenta, pese a la avanzada electrónica que monta, hay veces que los neumáticos no pueden digerir la brutal potencia que desarrolla el motor.
Tanto cambio como frenos rozan a gran altura, con un tacto y funcionamiento impecables.
Interior
El OPC disfruta de un interior muy deportivo, con varios detalles con las siglas OPC, unos baquets muy cómodos y que sujetan a las mil maravillas nuestro cuerpo, pedales de aluminio de excelente tacto, etc..
El puesto de conducción está muy bien conseguido es cómodo y ergonómico, con un salpicadero heredado del resto de Astra, que a pesar de la abundancia de botones, es fácil de interactuar y tiene un buen acabado y materiales.
Las plazas traseras son suficientes para dos adultos no muy altos (sino tocarán con la cabeza el techo), el acceso es algo angosto pero nada que no sea común en este tipo de coches.
El maletero es grande, 380 litros y ofrece buenas formas, se puede ampliar plegando los asientos traseros.
Comportamiento
El Astra OPC sorprende por su buen filtrado de las irregularidades de la carretera, su suspensión a pesar de no ser muy elaborada se muestra eficaz y con un buen compromiso para su uso mixto, o sea disfrute y transporte.
Con las suspensión pilotada que monta este vehiculo disfrutamos de dos caras de las misma moneda, una salvaje cuando tenemos seleccionada la modalidad OPC y otra más burguesa pero muy eficaz cuando lo tenemos en tour o normal, estamos ante el deportivo generalista más polivalente del mercado.
En cuanto a sus aptitudes en carretera abierta, no podemos decir más que halagos, nosotros nos fuimos a una poco concurrida carretera de montaña, y la pasamos con el cuchillo entre los dientes, acabando con ganas de más y una sonrisa de oreja a oreja, es divertido y eficaz, hay ciertamente algunas pérdidas de tracción acelerando a tope, pero sin duda es una máquina de correr.
En ciudad es dócil y fácil de conducir, ciertamente constatamos su doble faceta de vehiculo familiar y juguete deportivo.
Las autopistas no se le dan mal, ya que el defecto que tienen este tipo de vehÃculos, suele ser su dura suspensión y en este caso la suspensión pilotada obra milagros.
Valoración Final
Es una maravilla, corre mucho, gasta lo que tiene que gastar, no cuesta mucho y es bonito y hasta cómodo, sus competidores, como el Focus ST, no son tan completos.
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