Sistemas de dirección a 4 ruedas (4WD) ya fueron usados por varias marcas, mayoritariamente Niponas a finales del siglo pasado, pero su complejidad y elevado coste, provocó su desaparición durante años. Ahora, gracias a la electrónica, parece que vive una segunda juventud.

Las ventajas son una mayor seguridad activa: comportamiento más facil con mayor maniobrabilidad en situaciones normales, mejor respuesta en combinación con el ESP en situaciones extremas, mejor comportamiento en frenadas con adherencia asimétrica. Mayor agilidad, disminución del radio de giro en curvas, menor giro de volante haciendo un efecto de dirección más directa y de batalla más corta, haciendo que el coche sea más manejable.    

El sistema está compuesto por un tren trasero similar al montado en los modelos de 2 ruedas directrices pero con algunas modificaciones, para que pueda moverse.

El sistema se controla por un sensor específico, coordinado con el del volante, el ABS, o el motor, para modificar el ángulo de giro de las ruedas traseras.

El sistema pasa a ser inactivo de forma automática cuando se dan las condiciones siguientes:

• La velocidad del vehículo es nula,

• El motor está parado,

• La alimentación después de contacto está cortada.

El funcionamiento del sistema es, hasta 60 Km/h, giran en el sentido opuesto de las ruedas delanteras, a partir de esa velocidad, giran en el mismo sentido. El radio de giro es de 0 a 3,5 grados.

El sistema permite un mayor control del giro, reducir el radio de giro y una gran agilidad en las maniobras.