Se esperaba un Domingo de Resurrección para los dos líderes del Mundial de Resistencia, el Ferrari #50 de Miguel Molina y el Corvette #33 de Dani Juncadella después del auténtico via crucis que vivieron ayer en clasificación… pero no hubo milagro. Aunque estuvo cerca.

De hecho, el #50 llegó a escalar hasta la cuarta plaza antes del ecuador de la carrera, con sus opciones de victoria casi intactas… pero las circunstancias de la carrera le fueron desfavorables en dos ocasiones, con Antonio Fuoco como protagonista.

Como se esperaba viendo el apabullante dominio en clasificación, los prototipos italianos eran claros favoritos y, de hecho, se llevaron un triunfo inconstetable en la figura de Giovinazzi, Pier Guidi y Calado, que completaron una carrera perfecta y sin fallos. Y habría sido un triplete cómodo para los de Maranello de no ser porque los otros dos 499P se empeñaron en que no hubiese fiesta italiana en Imola Nicklas Nielsen huzo un relevo inicial de fábula, subiendo al #50 desde la 18ª posición en parrilla hasta la 6ª en la que se lo entregó a Molina. El español ganó dos posiciones más y, gracias a los Safety Car, incluso con el horizonte de la victoria (o, al menos, el podio) a tiro.

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