Sobre las 15.00 en España (17.00 hora local), todas las pantallas fundieron a negro y se izó la bandera roja en toda la pista para que los coches volvieran a los boxes. Caía casi la noche en el circuito de Sakhir y los focos encendidos casi siempre, no alumbraban la pista para poder proseguir. Volvió la luz casi una hora después, pero nada estaba claro para los afectados. Carlos Sainz uno de ellos, cuyo estreno con Williams se veía bastante perjudicado. Finalmente se amplió una hora la actividad y el español le dio la vuelta a una situación complicada para remontar del 13º al quinto. Estreno muy por encima de lo esperado.

Fue un estreno ilusionante para el ’55’, que acabó a medio segundo del mejor del día, Lando Norris y enganchado a una décima de Leclerc, como si siguiera pilotando el mismo coche y no el Williams FW47. A Hamilton le metió algo menos de un segundo, aunque en condiciones distintas y más favorables. No es real, pero es una satisfacción que no le quita nadie.

El incidente del apagón quizá hizo mirar hacia otro lado, pero era el momento en el que Leclerc había roto todos los registros del día y de 2024 en esta misma semana. Era el día del estreno de Lewis Hamilton de rojo, que lo hizo por la mañana con el quinto tiempo de sus sesión, pero que vio como su compañero batía su tiempo muy pronto por casi un segundo de diferencia con el mismo neumático. Un rapapolvo nada común para un siete veces campeón del mundo, al que la prensa italiana ya le augura unos comienzos muy complicados con la Scuderia.

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