Probamos el BMW X1 xDrive30e

El BMW X1 es sin duda el BMW que mejor ha evolucionado en los años, desde una primera generación que no nos acababa de convencer a la actual gama que enamora tanto en el apartado dinámico cómo en su gama de motores, pero también estéticamente.
Este nuevo X1 destaca por su nueva parrilla de riñones con un diseño más cuadrado para ganar esa verticalidad vista en otros modelos de la marca. Cuenta con tecnología de aerodinámica activa y las aberturas integradas en el mismo marco, que puede ser negro o cromado en función del acabado. También son nuevos los faros, que pueden llevar tecnología Matrix LED adaptativa, o los paragolpes que son más prominentes y afilados. Como buen todocamino, podemos ver algunas protecciones en los bajos de la parte delantera y de la trasera.
Destacan sus tiradores de las puertas enrasados en la carrocería o sus grandes llantas de aleación. Equipa unas barras de techo muy aerodinámicas, mientras que la zaga destaca por su horizontalidad. Tiene un spoiler de techo bastante marcado y los pilotos traseros LED adoptan un nuevo diseño. Nuestra unidad de pruebas híbrida enchufable tiene el acceso al depósito en el lado derecho y la toma de carga en la aleta izquierda delantera.
Este X1 se ha musculado y crece en dimensiones exteriores con una longitud de 4.500 mm (53 mm más que su predecesor), con una anchura de 1.845 mm (+24 mm) y una altura de 1.642 mm (+44 mm). También aumenta la distancia entre ejes 22 mm para llegar hasta los 2.690 mm y hay un mayor ancho de vías en 31 mm.
El interior es digno del logo que luce en su frontal con materiales y diseños de primer nivel y equipamiento top. Equipa el espectacular sistema multimedia BMW Curved Display, que engloba dos pantallas de forma horizontal. La instrumentación digital tiene 10,25 pulgadas, mientras que la pantalla táctil central es de 10,7 pulgadas, con una calidad de imagen, cantidad de información y presentación espectaculares.
Cómo hay mucha información y menús, hay que familiarizarse con ella y por ejemplo tenemos que cambiar el chip para usar la climatización desde la pantalla sin mandos físicos. También tiene conectividad Apple CarPlay y Android Auto sin cable. Incluso se cuenta con una superficie de carga inalámbrica en la consola central donde se puede poner el teléfono móvil en posición vertical y asegurado por una pinza.
Los materiales empleados son de alta calidad, con plásticos blandos y cuero, todo ello excelentemente rematado.
La habitabilidad del BMW X1 es muy buena para tratarse de un SUV compacto. Las plazas delanteras no tienen ninguna pega, mientras que las traseras son sorprendente amplias. Presentan un buen espacio para las piernas y también para la cabeza. Además disponen de climatización y tomas USB.
El maletero se queda en las versiones electrificadas en unos más que dignos 490 litros, lo cuál no está nada mal para coches de estas características. Bajo el piso disponemos de un espacio que es perfecto para llevar los cables de carga tanto en el eléctrico como en los híbridos enchufables. Los asientos se pueden abatir en tres partes (40:20:40) en este ejemplar y dejarían una superficie plana de hasta 1.495 litros.
La motorización de este X1 xDrive30e está compuesta por un motor de gasolina de tres cilindros delantero ligado a un propulsor eléctrico trasero con una batería de 14,2 kWh que permite autonomías eléctricas de hasta 92 kilómetros.
Este X1 xDrive30e desarrolla 326 CV y 477 Nm de par. En primer lugar, decir que esa potencia proviene de la unión de un motor de combustión de tres cilindros que tenemos bajo el capó y un motor eléctrico trasero de 130 kW. Con esa configuración se consigue la tracción total, que es algo común en todos los de etiqueta CERO. El cambio es un Steptronic de siete velocidades de fenomenal funcionamiento.
Desde el primer momento destaca el refinamiento del sistema, en el que apenas se notan las transiciones entre las mecánicas. Aunque lo cierto es que eso depende en gran medida del modo de conducción que esté seleccionado. Como en otros modelos, por defecto comienza con un Personal, que es adaptable y alterna la gasolina y la electricidad. También hay un Sport o un Efficiency.
Sus prestaciones son deportivas, no hay que olvidar que tenemos un montón de caballos bajo el pie derecho, acelera de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y sorprende por sus recuperaciones siempre pensando que pesa 1.935 kg.
La autonomía eléctrica real se sitúa por debajo de los 70 kilómetros, una cifra buena ya que el motor eléctrico no es muy potente y al tener que tirar de un peso elevado necesita comer algo más de lo deseable. La batería tarda unas dos horas y media en cargase en un cargador de 7,4 kW.
La autonomía híbrida es muy alta ya que muchos ratos va en eléctrico y funciona de modo destacado por inercia, lo que se llama a vela, nosotros hemos conseguido una frugal media de 4,8 litros los 100 kilómetros en recorrido mixto sin recargar baterías.
En movimiento, destacan la comodidad y el confort en marcha. Se ve que tiene un chasis aplomado y que aguantaría mucha más potencia. Su comportamiento es excelente gracias a su esquema de suspensiones, con un eje delantero tipo McPherson y una trasera de paralelogramo deformable. Incluso la dirección se ve más natural que en otros coches, y eso que su grado de asistencia sigue siendo elevado.
En ciudad es un coche suave y cómodo, muy económico y ágil, gracias a las ayudas de estacionamiento se aparca con facilidad.
En autopista es confortable y silencioso, permite viajar al ritmo que queramos y nos permitirá hacer largos trayectos sin apenas cansancio y gran economía de combustible.
En zonas de curvas, si el asfalto está en buen estado es un auténtico BMW, deportivo y divertido, si el asfalto está mal las suspensiones duras maltratarán algo más al pasaje.
Valoración Final
Qué maravilla, con un precio de 58.000 euros es un coche no al alcance de cualquiera, pero va de vicio, gasta poco es bonito y es perfecto para un uso total, nos ha enamorado.