Probamos la Volkswagen Caravelle Tdi 150 cv DSG.

Volkswagen tiene en su gama de furgonetas uno de sus superventas, la actual T6 es sin duda objeto de deseo de muchos de nosotros.
Personalmente me pierdo bastante entre las múltiples variantes, que si California, Multivan, Panamericana o la Caravelle que nos ocupa, pero todas comparten una misma base y se diferéncian en equipamiento de serie y posibilidades opcionales.
El Volkswagen Caravelle T6 es una excelente opción para aquellos que buscan espacio y gran modularidad, su tamaño exterior es algo mayor que un monovolumen, pero de puertas adentro es mucho mayor, sobretodo en anchura y altura, ya que al derivar de un vehículo comercial, la prioridad es la capacidad de carga.
El asiento tiene una posición mucho más elevada que la adoptada en un turismo, SUV o monovolumen, lo que nos regala una buena panorámica de la carretera. Esta posición es más vertical que en un coche, con un volante algo más plano, algo que sólo nos obligará a adaptarnos, cosa que no es difícil. En cuanto a confort, al disponer de más espacio, se puede conseguir una confortable situación al volante.
A pesar de ser un modelo completamente nuevo, mantiene algunos detalles de modelos anteriores, cómo algunos mandos o botones y la pantalla multimedia de 6,5 pulgadas. Los ajustes del salpicadero me parecieron al buen nivel que nos tiene acostumbrados la marca, mientras que los plásticos eran de un nivel medio-alto.
La configuración del interior del Volkswagen Caravelle es 2-3-3 plazas para poder llevar a ocho pasajeros, pero también disponemos de versiones de 4, 5, 6, o 9 plazas.
El acceso al interior es subiendo un escalón, tanto para el conductor y pasajero delantero, cómo detrás. Dónde las butacas independientes de la segunda fila o la banqueta trasera, nos permiten viajar con mucho confort.
Todas las butacas de la segunda fila cuentan con anclajes ISOFIX en el que se podrían colocar tres sillas sin problemas.
Para pasar a la tercera fila hay que actuar sobre una palanca colocada en el respaldo del asiento , operación sencilla pero que conlleva hacer algo de fuerza, que un niño no podrá hacer.
El maletero de la Volkswagen Caravelle, que dependerá mucho del número de asientos que tengas colocados. En una primera configuración con los ocho disponibles el maletero se queda en unos aprovechables 430 litros, si quitamos la tercera fila estaríamos hablando de 670 litros, que ya es una cifra bastante considerable.
En cuanto a equipamiento, disponemos de climatizador de tres zonas, sistema multimedia de calidad media, puertas eléctricas, tanto detrás cómo las laterales traseras y la posibilidad de equiparlo a nuestro gusto.
En movimiento es un derivado de comercial, pero sorprende lo bien que va, con un balanceo contenido y con una dirección muy comunicativa.
Este modelo no es un coche para disfrutar en una carretera revirada, pero tampoco va mal si nos avanzamos a las maniobras, frenando antes y sin abusar del acelerador.
En cambio recorrer muchos kilómetros por autopistas es simplemente una delicia.
La unidad de pruebas montaba el motor 2.0 TDI de 150 CV asociado a un cambio automático de suave funcionamiento.
Con esta combinación, la sorpresa fue que el T6 se quedó en unos excelentes 6,4 litros a los 100 kilómetros de consumo medio, una cifra que lo sitúa ente los mejores de la categoría.
La potencia de este motor es más que suficiente para el uso que se le puede dar a este vehículo, ya que estira de bien abajo y en ningún momento, incluso a plena carga, se ha notado falto de potencia.
Las prestaciones son bastante buenas, ya que pasa de 0 a 100 Km/h en unos buenos 12 segundos y tiene una velocidad máxima de 181 Km/h.
Valoración Final.
Su precio parte de 46.000 euros, sin descuentos, aunque la versión probada subía algo más, no es un precio barato, pero comparándolo con las marcas generalistas que en sus modelos similares han subido mucho las tarifas, no es caro. Personalmente prefiero esta Caravelle que otras opciones mas equipadas de otras marcas, es un modelo fiable y robusto.