Hoy probamos el BMW X2 2024, un modelo que la marca ha decidido renovar por completo y que nada tiene que ver con su antecesor.

Este nuevo BMW X2 es un coche mucho más grande. Ahora alcanza los 4.554 mm de longitud, casi 20 centímetros más largo que la primera generación. También es 21 mm más ancho (hasta llegar a los 1.845 mm), 64 mm más alto (1.590 mm) y tiene una distancia entre ejes 22 mm mayor (2.692 mm).

Este aumento de tamaño se traduce en un habitáculo más espacioso, especialmente en lo que a capacidad de carga se refiere.

El morro está dominado por la gran parrilla, que por primera vez puede contar con la iluminación BMW Iconic Glow como en sus hermanos mayores; y que queda flanqueada por unos grupos ópticos que le otorgan una mirada poderosa. El paragolpes delantero luce una imagen muy deportiva incluso desde el acabado de acceso.

En la vista lateral, además del extra de longitud, destaca la pronunciada caída de techo que comienza en el pilar B y llega hasta la zaga. Su cintura está muy marcada y unos pasos de rueda muy bien definidos, más con las descomunales ruedas de 21 pulgadas que montaba nuestra unidad de pruebas.

La parte trasera está dominada por ese techo descendente y por unos grupos ópticos con un diseño tridimensional muy conseguido.

El habitáculo destaca por su excelente nivel de acabados, con unos materiales que no solo resultan agradables al tacto sino que transmiten sensación de solidez. El diseño se asemeja al de los modelos más compactos de BMW, con un salpicadero de aspecto minimalista dominado por la gran pantalla doble curvada que está formada por dos unidades con 10,25 y 10,7 pulgadas.

Estas cuentan con el sistema operativo BMW ID9 que permite, entre otras cosas, que puedas manejar casi todas las funciones mediante órdenes vocales de forma muy natural. El despliegue tecnológico es abrumador por la cantidad de opciones disponibles.

Los asientos delanteros son bonitos y muy cómodos, sujetan perfectamente el cuerpo en las curvas y no cansan con el paso de los kilómetros. Delante hay espacio de sobra en todas las direcciones, pero detrás, debido a ese techo descendente, la cota vertical es escasa. El maletero ha crecido hasta unos excelentes 560 litros.

La versión probada de este BMW X2 fue la sDrive20i con motorización de gasolina microhíbrida que dispone de una incomprensible etiqueta ECO. Combina un motor tricilíndrico de 156 CV con uno eléctrico de 19 CV para producir un total de 170 CV y 280 Nm, lo que le permite alcanzar los 100 km/h desde parado en 8,3 segundos.

Su consumo ronda los 6 litros de gasolina de media a los 100 kilómetros, una cifra correcta por lo que nos ofrece, pero que se nos antoja alta para un vehículo con etiqueta ECO.

En marcha es un coche suave y silencioso, con un comportamiento deportivo y que parece mucho más pequeño en marcha.

En Autopista es un viajero incansable, cómodo, silencioso y aplomado en la carretera.

En carretera, incluso en vías reviradas, mantiene la nota de excelente, con un paso por curva asentado y seguro, la dirección y frenos ofrecen un tacto genial.

Solo podemos quejarnos de que en tramos de firme más roto el confort desaparece y nos maltrata algo más de lo esperable, suponemos que por culpa de la desproporcionada monta de neumáticos.

En ciudad es ágil y a pesar de su tamaño ya respetable, se mueve con soltura. Aparcar es cosa de niños gracias a las cámaras y a los sensores de parking.

Valoración Final.

Su precio parte de los 47.300 euros, es elevado, pero si vemos a sus competidores, no es descabellado viendo lo bien que va y lo pintón que es.