La segunda generación del Kia Niro significa un salto en todos los sentidos, consiguiendo un mejor coche capaz de competir de tú a tú con lo más granado de su categoría.

El Niro es un Crossover de 4,42 metros de largo, ahora mucho más atractivo, con un diseño trabajado y moderno y con una oferta de acabados y motorizaciones de primera fila.

Dispone de una buena calidad de materiales, con plásticos, tejidos y acabados de tacto y gran solidez, además los ajustes destacan por su perfección.

Un paso adelante que personalmente no me convence es la pantalla que controla el sistema multimedia y la climatización, que a pesar de tener un funcionamiento bastante fluido, requiere desviar la vista de la carretera para variar los parámetros del aire acondicionado.

El espacio interior es amplio con unas generosas cotas (especialmente la longitud trasera) y el respaldo trasero se puede regular en inclinación, lo cual es destacable.

El cuadro de mandos digital de 10,25″ ofrece cantidad de información muy fácil de consultar, mientras que el sistema multimedia, integrado en una pantalla de también 10,25″ resulta francamente intuitivo de manejar en comparación con numerosos rivales.

Hay tomas USB-C tanto delante como detrás y los asientos son muy confortables y recogen bien nuestra espalda, detalle a tener en cuenta a la hora de afrontar largos viajes por carretera.

El maletero es bastante capaz con 451 litros y un acceso amplio y a buena altura. Se puede ampliar la capacidad de carga plegando los asientos traseros.

La versión Hibrida de este Kia Niro emplea un sistema híbrido en paralelo compuesto por un motor 1.6 de gasolina de 105 CV, un propulsor eléctrico de 44 CV y una caja de cambio de doble embrague y seis relaciones que mueve las ruedas delanteras. La potencia conjunta es de 141 CV. El motor eléctrico se alimenta de una batería de 1,32 kWh de capacidad, que no está mal para tratarse de un híbrido no enchufable.

Sus prestaciones son buenas, aunque no deportivas, necesita 10,8 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado, mientras que la velocidad máxima se limita a 162 km/h. No es un coche deportivo, pero se mueve con soltura a velocidades no legales y las recuperaciones y aceleraciones se dan con cierta rapidez gracias al trabajo conjunto del sistema híbrido. El cambio automático es suave e imperceptible, aunque podría ser más rápido. Sinceramente, el cambio es mucho mejor que el de competidores que equipan cambios CVT que requieren revolucionar mucho más el motor para avanzar.

El consumo homologado es realmente bajo, en nuestro caso nos situamos en unos 5,1 litros a los 100 kilómetros, que es una cifra muy buena para un coche de este tamaño.

Dispone de levas en el volante, pero tienen una doble función. En el modo de conducción ECO sirven para seleccionar uno de los tres niveles de retención que hay (además de uno automático), mientras que en el programa de conducción Sport sirven para seleccionar las marchas de forma manual.

Este nuevo Niro transmite un elevado grado de confort, así como de aplomo, estabilidad y confianza. Dinámicamente, es un automóvil tranquilo, pero claramente superior al anterior Niro en precisión de guiado y agilidad. No es un coche que le guste correr, pero si es necesario lo hace con seguridad y confianza.

En ciudad es un vehículo ágil, suave y silencioso que a pesar de su visibilidad perimetral justa, se conduce bien por la urbe y se estaciona sin problema gracias a las ayudas de estacionamiento.

En carretera es un coche seguro y aplomado, si llegamos pasado a una curva, inclina, pero no tienes la sensación de falta de estabilidad, frena bien y la dirección es precisa.

En autopista es un gran viajante, su silencio de marcha y confort de marcha lo hacen perfecto para largos trayectos.

Valoración Final.

El Niro tiene una tarifa de precios que parte de 32.000 euros, una cifra algo elevada por el tamaño del coche, pero que si miramos en global lo que ofrece, es lógica, ya que es un vehículo polivalente, económico y cómodo, con capacidad para 4 pasajeros holgados y su equipaje.