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Probamos el Volkswagen Golf 1.5 TSI 150 cv.

El Golf es de los pocos vehículos que son más que un modelo, son historia, son ilusiones, sueños, es un coche mítico que siempre está entre los superventas.

A día de hoy y tras casi medio siglo de vida, el compacto de la casa de Wolksburg, es sin dudarlo el mejor compacto generalista del mercado, y muy pocos compactos premium le pueden toser. Esta afirmación puede parecer algo exagerada, pero un servidor, tras conducir a sus competidores puede decir que no hay ninguno que vaya tan bien, tiene la mejor dirección, mejor equipo de frenos, un interior cómodo y con posibilidades de equipamiento muy ámplias, pero dónde es invencible es a nivel motores, tiene una gama envidiable, sobretodo en gasolina.

Además esta versión de gasolina que hoy probamos es sencillamente una pasada, dotada de un motor turboalimentado de 150 CV, de última generación, que sustituyó al 1.4 TSI y presenta un turbocompresor de geometría variable, su gran primicia técnica, y el sistema de desconexión selectiva de cilindros ACT, para reducir consumos y emisiones, pero sin mermar las buenas prestaciones.

Asociado a la transmisión automática de doble embrague DSG, de siete marchas es un coche que se podría catalogar de lobo con piel de cordero, ya que se puede conducir cómo si fueras una abuelita o con el cuchillo entre los dientes, en ambas situaciones, la experiéncia es más que satisfactória.

El motor resulta muy elástico, ya que obtenemos un buen empuje por debajo de las 2.000 vueltas y la potencia máxima se obtiene en un rango que alcanza las 6.000 rpm. Este funcionamiento se traduce en adelantamientos y recuperaciones muy rápidas.

En cuanto al consumo, es muy sensible al uso, ya que por autopista a velocidades legales es fácil rondar o rebajar los 6 litros de consumo a los 100 kilómetros, pero si nos metemos en una carretera de montaña y le pisamos, se situará en 8, la media, sobre 7 litros, nada mal.

Las prestaciones son dignas de un Gti, con 216 Km/h de velocidad máxima y unos excelentes 8,3 segundos en pasar de 0 a 100 Km/h.

Por fuera, con el acabado Sport R-Line, ofrece una imagen ‘racing’, pero también, un tren de rodaje deportivo y el control electrónico del diferencial XDS, ambos incluidos dentro del equipamiento de serie.

Con estas dos ayudas, el coche no sufre pérdidas de motricidad y se convierte en un enemigo a batir por otros compactos en terrenos revirados. Como guinda al pastel, disponemos del control dinámico de la conducción Driving Mode Selection, con cuatro programas: Eco, Normal, Sport e Individual.

En el último modo, el conductor puede personalizar la asistencia de la dirección, la respuesta del acelerador y el funcionamiento del climatizador automático bizona, de los faros adaptativos con tecnología de tipo LED y del control de velocidad de crucero adaptativo ACC.

El Golf es el mejor porqué sabe combinar magistralmente la deportividad con la comodidad, a pesar de la mayor firmeza de la suspensión, no castiga a los ocupantes en las irregularidades de las carreteras, por lo que también es un vehículo que garantiza viajar si sufrir dolores varios, cómo ocurre con la mayoría de sus rivales.

En movimiento es pura precisión, es un coche fácil de llevar, incluso rápido, no hay que pelarse con el volante para ir por dónde se quiere y su aplomo es a prueba de malos firmes. Es un coche que nos ofrece un umbral de seguridad muy elevado, similar al de su primo el Audi A3.

En ciudad es ágil y muy suave de funcionamiento, enamora lo fácil que lo hace todo, incluso aparcar, aunque aquí si hay trampa, ya que ver la imágen de la cámara trasera en la enorme pantalla central, ayuda y mucho.

En autopista ya hemos comentado que es un viajante incansable, haremos miles de kilómetros sin enterarnos.

En carreteras de segundo orden, reviradas o no, vamos a disfrutar de la conducción en su más plena definición, es un coche que nos permite pilotar sin arriesgar la vida, gozando de cada segundo.

El modelo germano ofrece una buena habitabilidad interior, más que suficiente para cuatro adultos y un maletero de 380 litros.

Las plazas delanteras son sobérbias, con grandes posibilidades de regulación, sujetan muy bien nuestra espalda y ofrecen un enorme confort.

Detrás el acceso es el único pero, handicap compartido con todos los compactos de tres puertas. Las dos plazas traseras son cómodas y con amplitud suficiente.

En materia tecnológica, puede incorporar el sistema multimedia Discover Pro con control gestual. Moviendo la mano de un extremo a otro de la pantalla de 9,2 pulgadas, el conductor puede desplazarse por el menú principal, cambiar de emisora o elegir una canción en la lista de reproducciones.

Valoración Final.

Tengo que confesar que hasta ahora era un fan de los motores 1.8 y 2.0 del grupo VAG, el 1.4 iba bien pero no enamoraba, ahora este 1.5 Tsi, me hace plantear si la mayoría de gente tendrá más que suficiente con él, sus 150 cv, ya dan para disfrutar, gasta menos y cuesta menos, sobre 30.000 euros, una cifra algo alta, pero este coche vale cada céntimo.

 

 

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