El X4 es un gran coche familiar con mucho estilo, aunque algo costoso. El Porsche Macan y el Mercedes GLC Coupé son sus competidores más directos.

Su exclusividad, BMW la mide en 3.600 euros más que un BMW X3 con el mismo motor/transmisión.

Hoy probamos el que seguramente es el motor más aconsejable de la gama, el 2 litros de cuatro cilindros turbodiésel de 190 CV, que combinado con el cambio automático de 8 velocidades, proporcionan un elevado agrado al volante, tanto por la respetable  potencia, como por la rapidez y suavidad del cambio, además disfrutaremos de una capacidad de recuperación y unos consumos razonables. Suena un poco al ralentí en frío, pero una vez en marcha es suave y apenas se oye.

El consumo ha sido mayor que en otros modelos equipados con este motor, pero el cambio automático y la tracción total, elevan la cifra media a unos razonables 7.9 litros a los 100 KM.

Las prestaciones como hemos comentado son muy buenas con una punta de 212 km/h y 8 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h.

El equipo de frenos y la dirección brillan por su gran trabajo.

El interior disfruta de un diseño típico de la marca bávara, con materiales de calidad, buena ergonomía y muchas ayudas a la conducción.

La posición al volante tipo Todo Camino, permite una visión dominante de la carretera y un confort muy elevado. Los asientos delanteros no tienen pero, son geniales, cómodos y recogen excelentemente nuestra espalda.

Las plazas traseras, pese a la caída del techo, disfrutan de buen espacio, incluso vertical, hay tres plazas, aunque como suele ocurrir, solo las dos de los extremos son realmente cómodas. El techo es más bajo en la parte trasera, pero tampoco es realmente un problema, ya que los asientos traseros están 3,8 cm más bajos

El maletero del BMW X4 nos ofrece una buena capacidad, con 500 litros y con portón automático de serie.. Por último, el acceso detrás es ligeramente más justo, pero es suficiente para que un adulto entre cómodo.

El chasis del nuevo BMW X4 tiene una puesta a punto un punto más firme y directa que el SUV BMW X3 del que deriva. Cuenta con una dirección más rápida, menos inclinación y una actitud algo más viva. En conducción normal ni se nota, pero cuando se sube el ritmo en curvas y se conecta el modo Sport o Sport+ se aprecia una respuesta más rápida que el BMW X3. No obstante, cuando se conduce de forma tranquila la sensación al volante es la de cualquier SUV cómodo y premium.

En ciudad a pesar de ser un coche de tamaño respetable, 4,67 metros, la verdad es que es ágil y maniobrable, la elevada posición de guía, facilita la visión y nos da la sensación de que el coche es más pequeño de lo que en realidad es.

En autopista se comporta como todo coche Premium debe comportarse, excelentemente, cómodo, estable, y sobretodo dispuesto a afrontar sin problema todo viaje que nos propongamos.

Las carreteras viradas y aunque no pongamos el modo de conducción en Sport, sacan a relucir su ADN BMW, con una conducción fácil y divertida, pudiendo mantener altos ritmos sin perder un ápice de seguridad ni confianza.

Valoración Final

Sus únicas pegas son la falta de limpiaparabrisas trasero y el precio, sino es un coche magnífico, que por 52.000 será tuyo y lo disfrutarás como lo hemos disfrutado nosotros estos días.