Este estilizado descapotable ha cumplido este año su mayoría de edad, 18 años, años en los que ha evolucionado y mejorado y sigue girando cabezas a su paso y despertando pasiones al verlo.

La unidad de pruebas en esta ocasión venía con el montaje, a nuestro juicio, más equilibrado y recomendable, motor 2.0 TFSI de 230 caballos asociado a un cambio automático S tronic y tracción total Quattro.

La diferencia entre la versión coupé y esta está básicamente en que esta solo tiene un par de plazas y algo de peso extra, aunque en este caso se queda en unas excelentes 1,5 toneladas.

El vehículo de prueba montaba el atractivo paquete S Line, con detalles estéticos interesantes como la doble salida posterior de escape, faldones laterales o generosas entradas de aire junto a las llantas multirradio de 20 pulgadas.

Ya hemos comentado que el propulsor 2.0 TFSI turbo de cuatro cilindros, con 230 caballos es más que suficiente para disfrutar de lo lindo con el TT, aunque si os parecen pocos, tenéis el Audi TT RS con un 2.5 de 5 cilindros en línea turboalimentado con 400 caballos.

El motor 2.0 TFSI ofrece un elogiable equilibrio entre prestaciones y economía, sube de vueltas cómo un campeón, recupera y acelera cómo un atleta y al mismo tiempo puede servir para coche de cada día con un consumo medio entorno a los 8 litros a los 100 kilómetros (exprimiéndolo la cifra es de dos dígitos).

Respecto a los fríos números, el TT acelera de 0 a 100 kilómetros/hora en menos de seis segundos. La velocidad máxima declarada es de 250 kilómetros/hora.

La caja de cambios de doble embrague S tronic es sensacional, suave, rápida y sin duda de funcionamiento eficaz.

Disponemos de 6 modos de conducción: Comfort es el más recomendable para el día a día, Efficiency que reduce el consumo al mínimo, el modo deportivo Dynamic, Auto que se ajusta automáticamente a tu conducción o el modo Individual. Este último permite configurar a nuestro gusto la asistencia de la dirección, el cambio, el sonido del motor o la tracción Quattro.

La sonoridad del escape es sorprendente. Reducir de marcha en el modo más deportivo tiene un efecto secundario en forma de petardeos tanto al reducir alto de vueltas como cambiando en la zona roja, que invitan a apurar cada velocidad.

El interior del Audi TT Roadster sorprende por su herencia del Audi R8 en el plano estético, te hace sentir igualmente a los mandos de un automóvil muy especial.

Muchos detalles y un diseño interior propio que afecta al salpicadero, lo diferencian de otros modelos del fabricante alemán. El Audi Virtual Cockpit, la espectacular instrumentación digital formada por una pantalla 12,3 pulgadas aglutina todos los menús, controles, navegador o modos de conducción, esto permite que la parte del túnel central tenga un diseño limpio y elegante en el que no hay cientos de botones que nos apabullen ya que todo se controla a través del mando MMI.

Los asientos son cómodos, recogen bien nuestra espalda y en combinación con el volante, ofrecen una posición de conducción perfecta.

La capota tarda unos 10 segundos en abrirse o cerrarse, el mecanismo es simple, rápido y eficaz.

En movimiento el Audi TT Roadster te invita a disfrutarlo. Detalles como el volante o los asientos deportivos te preparan para la experiencia, sobretodo por carreteras secundarias vacías de otros vehículos, podemos disfrutar de una conducción con una gran sensación de libertad, con un coche que va por dónde queremos, sin perder la trazada ni entrando pasados en las curvas (gracias a la eficaz tracción total Quattro) y que acelera y frena cómo un campeón, es un coche para disfrutar, tanto a cielo abierto cómo en cerrado.

En Autopista va sobre carriles, aunque la suspensión dura puede que no sea el mejor aliado en viajes largos, tampoco lo será el pequeño maletero de 280 litros.

En ciudad todo es grande, los populares SUV se ven inmensos y nuestro techo llega a la altura de las ruedas de Camiones y Autobuses, pero es un pequeño precio para disfrutar de un gran coche. En cambio, al estacionar sorprende la buena manejabilidad y lo fácil que lo aparcamos, ayudados por los sensores de parking y la cámara de visión trasera.

 Valoración Final

Pagar 50.000 euros por esta maravilla no es nada, lo que nos aporta es tan superior a esta cifra, que están muy bien invertidos, eso si tiene sus limitaciones en cuanto a que sólo tiene dos plazas y poco maletero, pero es un deportivo descapotable de cinco estrellas!