Una de las noticias más impactantes para los puristas ha sido la incorporación por primera vez de una versión 4×2, un sacrilegio para algunos y una bendición para concesionarios y muchos futuros compradores. La verdad es que el mercado pide modelos con estética SUV pero con tracción a un sólo eje, ya que la mayoría no pisarán otra superfície que el asfalto de la carretera.

Pues hoy probamos al sacrílego de la gama Jeep, el Compass, un modelo que ha sufrido una puesta al día estética y al mismo tiempo estrena propulsor.

Gama
La gama del Compass está compuesta por dos motores, básicamente el mismo pero con dos potencias, 136 cv el 4×2 y 163 cv el 4×4, no hay de momento posibilidad de equipar cambio automático. Hay tres acabados disponibles, el básico Sport, el intermedio Limited y el más equipado Limited Plus.

Interior
EL interior ha experimentado una cierta evolución, con mejores materiales y una buena presentación, no a la altura de los mejores de la categoría pero si cerca de la media. Su gran virtud, como todo coche americano, es el confort, espacio y ergonomía, está pensado para sentirse a gusto en su interior.

El tablier que está totalmente fabricado en plástico duro y color negro, presenta un diseño actual y el cuadro de relojes, que no ha sufrido ningún cambio, es fácil de leer y ofrece una buena cantidad de información.

Los asientos delanteros son realmente confortables, de dimensiones generosas y buena sujeción lateral.

Detrás la banqueta permite el acomodo de tres pasajeros, con alguna estrechez, pero con suficiente espacio, dos viajarán muy cómodos, tanto por mullido del asiento como por espacio. El tunnel de transmisión impide la postura natual del pasajero central.

El maletero peca de una boca de carga alta, pero es capaz y sobretodo tiene un acceso grande. Los 328 litros son pocos pero si aprovechamos la altura hasta el techo, se multiplica por dos esta capacidad.

El equipamiento es muy rico desde la versión básica, solo echamos de menos la posibilidad de los sensores de Parking y el navegador.

Motor
Este motor es una herencia de la época en que Mercedes y Chrysler estaban asociados (acabaron a tortas) es un 2,2 turbo diesel de inyección directa y turbo. En esta versión desarrolla unos buenos 136 caballos que le otorgan una agilidad elevada y buenas prestaciones.

Su funcionamiento nos ha parecido excelente, suave y silencioso, solo el tacto del embrague (un tanto duro) desmerece.
El consumo es muy bueno con una cifra de 6,5 litros a los 100 km durante nuestra prueba dinámica.

Las prestaciones son buenas, con 201 km/h de punta y 10,6 segundos en pasar de 0 a 100 km/h

Comportamiento
Este punto ha sido el que más nos ha sorprendido, ya que los ingenieros de la marca yanki han conseguido un equilibrio casi perfecto, con un gran aplomo y confort de marcha.

En Autopista se comporta como una buena berlina, con un buen aislamiento de las irregularidades del firme y un aplomo remarcable.

En carretera es divertido y hasta deportivo, con el apoyo de un motor pletórico a medio règimen.

En ciudad es suave y silencioso, además su tamaño contenido nos permite callejear sin problema.

Competidores
El lobo feroz de la categoría es el Qashqai de Nissan, el cual es un poco más económico (con el motor diesel de 105 o 150) y ofrece un interior de más calidad, en cuando al motor nos quedamos con el del Jeep y en comportamiento también nos convence más el modelo americano.

Otras opciones de compra son el frugal Mitsubishi ASX o el Toyota RAV4, pero no llegan a la altura de los Nissan y Jeep.

Valor/precio
Ya hemos comentado que tiene un precio de salida un tanto superior que la competéncia, pero conociendo a Jeep no dudamos que realizará interesantes descuentos que le situarán entre los mejores del mercado. Como coche no os decepcionará, solo los materiales interiores bajan la nota global.